Estudios recientes sobre el cerebro indican que el ver pornografía puede adormecer la parte del cerebro que procesa los estímulos visuales, escribe Stephanie Pappas en LiveScience.

Ello se debe a que el cerebro da prioridad a procesar el aspecto sexual sobre los detalles visuales, dice.

Básicamente, dice el estudio, que al ver materiales con contenido sexual explícito no importan los colores de las paredes, los muebles de la habitación: el cerebro enfoca en el estímulo sexual.

Mientras que cualquier actividad visual envía flujo de sangre extra para la región del cerebro conocida como la corteza visual, la pornografía la puede desviar a otras áreas, posiblemente las regiones responsables por la excitación sexual.

El uro-neurólogo Gert Holstege del Centro Médico de la Universidad de Groningen dice que el cerebro no tiene la capacidad de absorber todos los detalles visuales de una escena de sexo.

“Tome, por ejemplo, en su computadora cuando usted tiene que escribir algo, o lo que sea, en ese momento usted tiene que tener cuidado con lo que está haciendo, para no cometer errores. Pero en el momento que está viendo películas sexuales explícitas, ello deja de ser necesario, porque usted sabe exactamente qué está pasando”.

Dice que el cerebro puede estar estimulado, ansioso o ninguna de los dos.

Pero no puede estar ansioso y estimulado a la vez.

El experimento consistió en monitorear mediante escaneos cerebrales a mujeres mientras miraban tres videos: uno un documental sobre la naturaleza, otro un video semi erótico, y el tercero pornográfico con escenas explicitas de sexo.

Durante el video explícito, y únicamente durante este, la actividad del cerebro en la corteza visual se redujo igual a cuando el cerebro realiza tareas no visuales, como recordar palabras, mientras ve algún tipo de estímulo visual.

Foto cortesía torbakhopper via flickr

Artículo en inglés