“In God We Trust” (En Dios confiamos) es desde 1965 la consigna oficial de EUA y, según una encuesta de Gallup reseñada en NPR, refleja el sentir popular ya que el 90 por ciento de la población cree en Dios.

Pero ello no significa que crean que Dios debería tener una oficina en la tierra.

Dice la encuesta que solo el 44 por ciento de los estadounidenses tienen bastante fe “en la iglesia o en la religión organizada”.

Esto podría explicar el crecimiento de las iglesias sin denominación, dice, porque se presentan como un sitio donde lograr una relación personal con Dios dentro de un ambiente menos estricto, más relajado.

“La gente simplemente no quiere ir a misa tanto como antes y han dejado de existir las presiones sociales para hacerlo”, dijo un experto a NPR.

Con cientos de iglesias disponibles por todo el país, los creyentes pueden en efecto encontrar el sitio donde se sientan más a sus anchas espiritualmente, dice.

Uno de los grandes perdedores de esta transformación sin precedente es la iglesia católica que ha sido “humillada por fuerzas exteriores”, dice.

Tom Roberts, editor del National Catholic Reporter dice que esta “humillación” de la iglesia se puede ver con la puesta para la venta de las residencias de obispos de Philadelphia y Boston para ayudar a pagar los costos de los arreglos en los casos de abuso sexual.

Dice que es difícil establecer cómo estará la iglesia al cabo de la próxima década. Es difícil motivar a muchas personas para que se mantengan dentro del catolicismo, apunta.

El estudio también indica un crecimiento en el número de ateos y agnósticos, cuyos números han doblado.

Parte de este rechazo a las instituciones eclesiásticas, dice NPR, también se debe al creciente papel que juega la religión en la política de EUA.

Artículo en inglés