Pero Haley y Pompeo hicieron hincapié en que la decisión se tomó después de un largo año de esfuerzos para avergonzar al Consejo con la reforma y para eliminar a los Estados miembros que ellos mismos cometen abusos.
“Estas reformas fueron necesarias para hacer del Consejo un defensor serio de los derechos humanos”, dijo Haley. “Al hacerlo, quiero dejar en claro que este paso no es un retroceso de nuestros compromisos de derechos humanos “, enfatizó.
Haley recordó que hace un año dejó en claro que EE.UU. permanecería en el Consejo solo si “se lograban reformas esenciales”, pero añadió que está claro que esas llamadas de cambio no fueron escuchadas.
La embajadora Haley denunció la membresía en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU de países como China, Cuba y Venezuela que están acusados de violaciones de derechos, y afirmó que el panel internacional también tiene un “prejuicio crónico contra Israel”.
Sin embargo, señaló que si el Consejo se reforma, Estados Unidos “estaría feliz de volver a unirse”.
El organismo con sede en Ginebra se estableció en 2006 para promover y proteger los derechos humanos en todo el mundo, pero sus pronunciamientos e informes a menudo chocan con las prioridades de los Estados Unidos.
En particular, el enfoque del Consejo sobre el comportamiento israelí hacia los palestinos en el territorio que ocupa en Cisjordania y en Gaza ha enfurecido a Washington.
Pero, como Haley enfatizó, Washington también cree que no critica ni siquiera los abusos flagrantes de opositores estadounidenses como Venezuela y Cuba.
“Los países se han coludido entre ellos para socavar el método actual de seleccionar miembros”, dijo Pompeo. “Y el sesgo continuo y bien documentado del Consejo contra Israel es desmesurado”, agregó, indicando que: “Desde su creación, el Consejo adoptó más resoluciones condenando a Israel que al resto del mundo en conjunto”.
Tras el anuncio, la oficina del alto comisionado de las Naciones Unidas para Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, expresó la “decepción” del funcionario por la decisión estadounidense.
“Noticias decepcionantes, si no realmente sorprendentes. Dado el estado de los Derechos Humanos en el mundo de hoy, EE.UU. debería avanzar, no dar un paso atrás” – Jefe de derechos humanos de la ONU #Zeid tras la decisión de Estados Unidos de retirarse del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. #StandUp4HumanRights.
“La idea de que cualquier estado buscaría disuadir a los padres infligiendo tal abuso a los niños es desmesurada”, dijo.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, lamentó la decisión de Estados Unidos y agregó: “La arquitectura de derechos humanos de la ONU juega un papel muy importante en la promoción y protección de los derechos humanos en todo el mundo”.
El organismo independiente de control Human Rights Watch criticó la medida y advirtió que la ausencia de Washington en el Consejo pondría la responsabilidad en otros gobiernos para abordar los problemas de derechos humanos más graves del mundo.
“La retirada de la administración Trump es un triste reflejo de su política de derechos humanos unidimensional: defender los abusos israelíes de las críticas tiene prioridad sobre todo lo demás”, dijo el director ejecutivo Kenneth Roth.
“El Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha desempeñado un papel importante en países como Corea del Norte, Siria, Myanmar y Sudán del Sur, pero a Trump parece importarle la defensa de Israel”.
Israel elogia decisión: El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, recibió con beneplácito la medida de Estados Unidos y calificó al Consejo como “una organización hostil, anti-israelí y tendenciosa que ha traicionado su misión de proteger los derechos humanos”.
Antecedentes: Estados Unidos está a la mitad de un período de tres años en el principal organismo de derechos humanos de la ONU, y desde hace mucho tiempo había amenazado con abandonarlo si no era reformado, acusando al cuerpo de 47 miembros con sede en Ginebra de estar prejuiciado contra Israel.
La semana pasada activistas y diplomáticos dijeron que las conversaciones con Estados Unidos sobre las reformas fracasaron al no haberse cumplido las demandas de Washington.
Es el más reciente abandono de un compromiso multilateral de Washington durante la administración de Donald Trump, después de que se retiró del acuerdo climático de París y el acuerdo nuclear de Irán.
Estados Unidos boicoteó al Consejo de Derechos Humanos por tres años durante el gobierno de George W. Bush antes de volver a unirse bajo Barack Obama en 2009.
La embajadora Haley dijo hace un año que Washington estaba revisando su membresía en el Consejo de Derechos Humanos, y pidió la reforma y la eliminación de un “sesgo crónico anti-Israel” en el panel.
El cuerpo, creado en 2006, tiene un ítem de agenda permanente sobre sospechas de violaciones cometidas por Israel en los territorios palestinos ocupados, que Washington quiere eliminar.
El mes pasado, el Consejo votó para investigar los asesinatos en Gaza y acusó a Israel de uso excesivo de la fuerza. Estados Unidos y Australia fueron los únicos que votaron “no”. El embajador de Israel en Ginebra criticó al Consejo por “difundir mentiras contra Israel.”