NEW YORK — Porque Bill de Blasio ha llegado a la alcaldía de esta ciudad en una plataforma progresista, prometiendo la implementación de medidas para combatir inmediatamente lo que a lo largo de su campaña llamó en términos dickensianos la ‘Historia de dos ciudades’, presentamos apartes de su discurso inaugural.
Traducción de El Molino Online en base al text publicado en inglés en el New York Times.
Pero, lo que hace que hoy en día tan especial no es sólo mi familia, pero nuestra familia más amplia que es New York. Tomo prestado del Gobernador Cuomo, nuestra familia de New York. Vemos lo que une a todos los neoyorkinos: nuestra comprensión de que los grandes sueños no son un lujo reservado a unos pocos privilegiados, pero la fuerza motriz que impulsa cada comunidad, en cada distrito municipal.
De Jacob Riis a Eleanor Roosevelt a Harry Belafonte — cuya presencia hoy nos honra – los neoyorkinos han sido quienes desafiaron el status quo, los que abrieron el camino de la reforma progresiva y la acción política, que enfrentaron a las élites, que se levantaron para decir que la justicia social y económica debe comenzar aquí y debe comenzar ahora.
Es esa tradición que inspira el trabajo que ahora comenzamos.Así que permítanme ser claro. Cuando dije que nos enfocaríamos claramente en la Historia de dos ciudades, lo dije en serio. Y lo vamos a hacer. Voy a honrar la fe y la confianza que han depositado en mí. Y vamos a dar vida a la esperanza de muchos en nuestra ciudad. Vamos a triunfar como Una Ciudad. Sabemos que no va a ser fácil; Requerirá todo lo que podamos reunir. Y lo lograré únicamente yo, sino que lo llevaremos a cabo todos nosotros – los que estamos aquí hoy, y millones de neoyorkinos en todos los rincones de nuestra ciudad.
Ustedes deben seguir haciendo que sus voces sean escuchadas. Deben estar al centro de este debate. Y nuestro trabajo comienza ahora.
Vamos a ampliar la ley de Compensación por Ausencias por Enfermedad — porque nadie debe ser obligado a perder un día de salario o incluso una semana, simplemente porque le golpeó un enfermedad. Y para esta época vez el próximo año, un total de 300,000 neoyorklinos adicionales serán protegidos por esta ley. No vamos a esperar.
Lo vamos a hacer ahora. Vamos a exigir a los grandes constructores que construyan más viviendas de costo asequible. Vamos a luchar para detener la ola de cierre de hospitales. Y vamos a ampliar los centros de salud comunitarios en los barrios necesitados, para que los neoyorkinos no vean a nuestra ciudad como dominio exclusivo de el Uno por ciento, sino un lugar donde la gente común puede darse el lujo de vivir, trabajar y criar una familia. No vamos a esperar. Lo vamos a hacer ahora.
Vamos a reformar la fallada ley de Stop-and-Frisk, tanto para proteger la dignidad y los derechos de los hombres jóvenes de color, y de dar a nuestros valientes policías la asociación que necesitan para continuar su éxito en reducir el crimen. No vamos a esperar. Lo vamos a hacer ahora.
Pediremos a los muy ricos que paguen un poco más en impuestos para que podamos ofrecer a programas escolares completos después de las clases para cada estudiante de secundaria y preescolar. Y cuando decimos “un poco más”, podemos poner énfasis en las palabras “un poco”.
Aquellos que ganan entre US$500,000 y un millón al año, por ejemplo, verían un aumento de impuestos en un promedio de US$973al año. Eso es menos de tres dólares al día – por el costo de un “latte” con leche de soja en su Starbucks local.
Piensen en ello. Un impuesto de cinco años a los más ricos entre nosotros — con cada dólar dedicado a programas de pre-K y después de clases. Pedir a los de arriba que ayuden a nuestros niños a encaminarse bien y seguir allí. Esa es nuestra misión. Y en ello, no vamos a esperar. Vamos a hacerlo ahora.
Por supuesto, sé que nuestra visión progresista no es compartida universalmente. Algunos en la extrema continúan derecho a predicar las virtudes de la economía de goteo. Creen que la manera de avanzar es dar más a los más afortunados, y que de alguna manera los beneficios se abrirán camino abajo a los demás. Ellos venden este enfoque como el camino del “individualismo de los duros”.
Pero Fiorello La Guardia – el hombre que yo considero ha sido el mejor alcalde que esta ciudad ha conocido – lo dijo muy bien. Dijo: “Yo también admiro al ‘individuo robusto , pero ningún ‘individuo robusto’ puede sobrevivir en medio de la hambruna colectiva”.
Así que por favor recuerden: no pedimos más de los ricos para castigar su éxito. Lo hacemos para fomentar más historias de éxito. Y lo hacemos para honrar a una verdad fundamental: que una economía sólida depende de un sistema escolar próspero. Lo hacemos para dar a cada niño la oportunidad de obtener su educación comenzando bien desde la más temprana edad, algo que estudio tras estudio ha demostrado conduce a un mayor éxito económico, una vida más sana y una mejor oportunidad de romper el ciclo de la pobreza.
