Exorcismo Camara de Representantes EUAQuienes siguen el repugnante mundo de la política en EUA, podrían considerar lógico el concepto de un exorcismo en la Cámara de Representantes buscando expulsar los tres demonios del racismo, el odio y la xenofobia. (El resto del mundo lo vería como algo surreal).

Es lógico y a la vez surreal. Pero eso fue lo que sucedío el 17 de julio cuando el capellán de la Cámara pronunció en frente de uno de los tres poderes constitucionales de la Unión Americana la oración del exorcismo.

El Rev. Patrick Conroy, solicitó intervención divina para limpiar “los oscuros espíritos que parecen estar activos en la Casa del Pueblo.”

El capellán Conroy optó por esta oración tras los debates generados en la Cámara el día anterior cuando los demócratas discutieron dos mociones. Una buscaba iniciar el proceso de impeachment (o juicio político con miras a expulsar de su cargo al presidente), que falló con apoyo de demócratas y republicanos. Ello no significa que el proceso de impeachment haya sido abandonado. Lo que sucede es que la mayoría de la bancada demócrata, incluyendo la lideresa Nancy Pelosi, considera que no ha llegado tal momento todavía.

La segunda, fue una moción de censura al presidente por el lenguaje “racista” que ha usado contra cuatro congresistas del ala progresista del partido. Dijo Donald Trump que si están descontentas con la situación actual, “que se vayan a donde vinieron”.

Las congresistas son ciudadanas de EUA. Han sido elegidas legamente por sus constituyentes.

Las palabras del presidente fueron denunciadas por los demócratas, aunque los republicanos con contadas excepciones las aceptaron. Y si no las aceptaron no dijeron nada al respecto.

La Cámara censuró al presidente, pero únicamente con votos de los demócratas. Los republicanos se negaron a apoyar la moción.

Esa misma consigna fue coreada esa noche en un mitin de la campaña Trump en Greenboro, Carolina del Norte. En una audiencia de varios miles de sus partidarios — actos que se distinguen por los niveles de agresividad de una muchedumbre de gente blanca, intoxicada por el odio y el resentimiento y siempre buscando chivos expiatorios — el presidente nuevamente denunció a las congresistas.

Critíco en particular a la representante Ilhan Omar, quien llegó a EUA como refugiada a la edad de 12 años. Hoy día es ciudadana naturalizada.

El presidente la acusó de de odiar a EUA y a Israel.

Y fue en ese momento que comenzó a coreaarse la consigna: “Send her back! Send her back!” (¡Que se vaya, que se vaya!) Durante 13 segundos, el presidente sonrió mientras se escuchaban las voces del odio.

Al días siguiente, ante las denuncias de amplios sectores el presidente reculó un poco y dijo que él nunca estuvo de acuerdo con los coros, y que por esta razón los interrumpió. El video muestra lo contrario.

Varios congresistas han solicitado protección a las congresistas porque temen que las palabras del presidente pueden resultar en violencia.

Al día siguiente, la Congresista Ilhan regresó a su distrito en Minneapolis, donde fue recibida con enorme entusiasmo por sus constituyentes, ciudadanos de EUA que ejercieron su derecho constitucional al voto.

Analistas políticos opinan que Donald Trump está haciendo todo lo posible por presentar a estas cuatro congresistas — Alexandria Ocasio-Cortez de New York, Ilhan Omar de Minnesota, Ayanna Pressley de Massachusetts y Rashida Tlaib of Michigan — como la cara del partido demócrata. Todas son progresistas, una es social demócrata, dos son musulmanas, una es inmigrante, todas mujeres de color. Y combativas.

Las 4 congresistas
Ayanna Pressley de Massachusetts,Alexandria Ocasio-Cortez de New York, Ilhan Omar de Minnesota (micrófono), y Rashida Tlaib de Michigan

Así los estrategas de la campaña Trump 2020 buscan matar varios pájaros de un tiro. Desprecio a la mujer, a los musulmanes, a quienes han emigrado a EUA, a las ideas progresistas — como derecho a la salud, mejores condiciones salariales, respeto por la fibra social y económica de las comunidades — a la gente que no es de raza blanca.

Todo ello bajo el amplio paraguas de el racismo, el odio, y la xenofobia, situación en la que el tema de los refugiados encaja perfectamente. Así se justifican las deplorables e inhumanas condiciones de decenas de miles de migrantes, porque al fin de cuentas son diferentes (léase subhumanos).

A eso es lo que le está apostando la campaña de reelección de Trump en 2020.

Se van a necesitar muchos exorcismos más.

Exorcismo en Cámara de Representantes