Las pancartas con el mensaje, “Fake News, Fake Bombs”, que se vieron en la entrada del edificio donde el republicano Ron DeSantis y el demócrata Andrew Gillum debatían por la gobernación de la Florida, capturan el sentir en la ultraderecha sobre los nueve petardos que hasta el momento han llegado a las oficinas o residencias de críticos del presidente Trump: Son una fabricación.
Mientras que incialmente el presidente repudió la violencia y la intimidación, para la tarde del mismo miércoles en un acto de campaña republicano culpó a los medios por crear el clima conducente a la agresión. Al mismo tiempo, participantes en el mitin en Mosinee, Wisconsin, coreaban “Para la cárcel, para la cárcel”, en referencia a la ex candidata Hillary Clinton.
El servicio secreto interceptó una bomba dirigida a Hillary Clinton y a su marido.
Otra fue enviada a la residencia del ex presidente Barack Obama. Otro más a nombre del ex fiscal general Eric Holder. También el filántropo progresista George Soros. Dos de estos dispositivos fueron enviadas a las oficinas de la representante afroamericana Maxine Waters, frecuente crítica del presidente, y a quien el presidente llama “Maxine con el CI (cociente de inteligencia) bajo”. Últimos informes indican que un paquete extraño llegó al restaurante en SOHO, Manhattan, de Robert De Niro, quien también ha criticado ampliamente al presidente.
CNN tuvo que suspender su transmisión cuando se detectó otro paquete extraño. El edificio en Columbus Circle, en Manhattan, fue evacuado por horas.
El ex vice presidente Joe Biden también aparece en la lista de personas a quienes les fue enviado un sobre, informa CNN.
Las autoridades neoyorkinas han dicho que se trata de fabricaciones caseras, tubos de unos 10 cm, sellados, con un polvo explosivo y cargados con astillas de vidrio, a los cuales se les ha pegado con cinta una pila y un detonador rudimientario. Aunque tienen el potencial de explotar hasta el momento nadie ha resultado herido.
Todos los destinatarios de los petardos han sido mencionadas en términos despectivos por el presidente. Es por esta razón que adversarios del presidente atribuyen esta violencia en gran parte al tono de su retórica, últimamente en mítines de campaña — insultando a la oposición, llamando a la prensa “enemigo del pueblo”, elogiando a un congresista por haber golpeado a un periodista.
Sin embargo muchs partidarios del presidente sostienen que todo es un invento para movilizar a las bases demócratas para que voten el 6 de noviembre.
Media Matters presenta a algunas de estas voces.
Michael Savage, comentarista radial: Lo digo y repito, la probabilidad es alta de que todo esto sea una fabricación, una bandera falsa para obtener simpatía para los demócratas, primero y también para que dejemos de pensar en las huestes de ilegales que se acercan a nuestra frontera sur. Eso es lo que digo.
Rush Limbaugh: “Está sucediendo en octubre. Hay una razón para ello”.
New York Magazine cita a Ann Coulter: “Fueron los demócratas porque los republicanos no envían bombas”.
Otro más, Frank Gaffny: “Ninguno de los izquierdistas presuntamente amenazados por las bombas tubo corrieron un peligro serio, ya que sus escoltas y seguridad estaban revisando el correo. Por esta razón no solo determinenos los responsables de las bombas, sino también si estaban intentando distraer la atención de la canalla izquierdista”.