Casi 21 millones de personas en su mayoría mujeres y niñas están obligadas a trabajar contra su voluntad, atrapadas sin salida en situaciones que no pueden dejar indica un informe de la Oficina Internacional del Trabajo.
Presiones de contratistas y empleadores, que frecuentemente esgrimen en contra de ellas deudas, retienen sus documentos de identidad, las amenazan con denuncias ante departamentos de inmigración o incluso usan la violencia física son métodos comunes y generalizados para mantener esta explotación.
El número de latinoamericanos trabajando en esas condiciones alcanza a los 1.8 millones, siendo Brasil es el país donde más denuncias se presentan, dice.
El informe “Estimaciones Globales de Trabajo Forzoso”, dice que mayor parte de estas personas son explotadas por la empresa privada (el 90 por ciento), mientras que el 10 por ciento realizan trabajos forzosos impuestos por el Estado.
Provee la siguiente distribución geográfica: Europa central y oriental (4.2 personas por cada 1.000 habitantes), África (4), Oriente Medio (3.4 ), Asia y el Pacífico (3.3), Latinoamérica y el Caribe (3.1) y las economías desarrolladas (1.5).
Agrega que Brasil es al mismo tiempo mejor combate el problema.
Un informe complementario recuerda que este país ha puesto en marcha desde 2002 y en colaboración de la OIT numerosos programas para combatir el trabajo forzado, el cual sirve de efecto para muchos países vecinos que “se esfuerzan por aprender de la experiencia brasileña”.
En Latinoamérica se encontraron casos de trabajo forzosos en todos los países y explicó que en Perú, Bolivia y Paraguay existen programas para combatirlo en la agricultura, la industria textil y el trabajo doméstico.
En el caso de los países desarrollados, la mayor parte de casos tiene que ver con la inmigración.
“Muchas veces el paso de un país a otro está vinculado particularmente al tráfico sexual. Este tipo de trabajo forzoso tiene mucha prevalencia en esos países”, concluyó.
Del número total de personas obligadas a trabajar contra su voluntad, el 26 por ciento (5.5 millones) son niños.
Las mujeres y las niñas representan el 55 por ciento (11.4 millones).