A ocho años de la primera patada y siguen los problemas de la Copa Mundial de Fútbol en Qatar, que debería tener lugar en el 2022.
Además de que la nación anfitriona haya sido acusada de serias violaciones a los derechos laborales de los obreros que están construyendo las facilidades (muchos lo compararon a esclavitud), ahora FIFA está bajo escrutinio por su cuestionable decisión de adjudicar a Qatar el evento.
El Sunday Times informó que algunos de sus funcionarios aceptaron sobornos para apoyar la candidatura, informa la BBC.
Presuntamente hasta 3 millones de libras, o un poco más de US$5 millones, se pagaron a algunos miembros de la FIFA a cambio de su apoyo. Michael García de la FIFA, está ahora investigando las acusaciones de corrupción, lo que podría conducir a una nueva votación con respecto a la ubicación de la Copa Mundial. Dice Jim Boyce, Vice Presidente de la FIFA: “Si García informa que ocurrieron crímenes para el voto 2022, entonces tiene que verse con mucha seriedad. Yo no tendría ningún problema si la recomendación fuera una nueva votación”.
Al centro de las acusaciones de soborno de un funcionario de la FIFA se encuentra Mohammad Bin Hammam, quien dos veces antes ha sido prohibido de por vida del deporte debido a acusaciones de corrupción anteriores. Entre otras acusaciones, se dice que hay documentos que demuestran que realizó los pagos a cuentas controladas por 30 presidentes de las asociaciones de fútbol africanos.
