Crisis en EspañaEn la península Ibérica se ha llegado a un punto de inflexión, con la invocación por el parlamento de Madrid del artículo 155 de la constitución que retira la autonomía al parlamento catalán y la declaración unilateral por éste de la independencia.

Así revienta una crisis que viene intensificando por años y, en última instancia, responde al deseo de gran parte del pueblo catalán por obtener su  independencia y soberanía como nación, rompiendo así el control que sobre esa región ha mantenido España desde el siglo XVIII.

El 27 de octubre, ante aplausos prolongados en el parlamento de Madrid, el presidente de gobierno y jefe del Partido Popular, abrió el debate que pondrá en efecto la serie de medidas extraordinarias que incluyen la suspensión del independentista catalán Carles Puigdemont y su Govern, la convocatoria de elecciones (controladas por Madrid) en los próximos seis meses.

Aunque no están claros los detalles, se espera que el gobierno central use la mano dura al intervenir en los asuntos de una región autónoma. Ya los líderes independentistas Jordi Cuixart y Jordi Sánchez han sido detenidos bajo cargos de sedición y permanecen encerrados en espera de jucios.

Más arrestos podrían venir.

Desde que el 1 de octubre, un referendo en Catalunya votó a favor de la independencia, Rajoy ha mantenido una actitud intrensigente de mano dura, que ha sido criticada ampliamente como agravante de la situación.

Amplios sectores de España, Europa y el resto del mundo, que se oponen a la independencia de Catalunya al considerarla un peligro existencial para Europa unida, comparan al independentismo catalán con el pensamiento de la derecha racista e anti inmigrante que ha avanzado políticamente en naciones como Francia, con Marine Le Pen, y en Alemania, y en otras regiones de Europa.

Pero otros muchos en España, y el resto del mundo, rechazan esta comparación, recordando que Catalunya tiene desde hace siglos su propia indentidad, cultura, idioma, historia. Además, que históricamente el gobierno de  Madrid ha reprimido brutalmente toda expresión cultural de identidad catalana. Y esas son las bases para el nacionalismo.

Esta es la opinión, por ejemplo, del movimiento Podemos, de la quierda militante, que estando en contra de la independencia de Catalunya, piden más diálogo.

FranquismoAl mismo tiempo, en diversas partes del país han tenido lugar manifestaciones de las fuerzas llamadasa “españolistas”, que han sacado las banderas e himnos del franquismo.

Puigdemont afirma que su decisión de permitir que el parlamento catalán decida sobre la declaración de independencia responde a la falta de garantías del gobierno central de que no asumirá las funciones de la región si convocaba a elecciones.

New York Times lo cita: “No existen ninguna de estas garantías que justifiquen hoy la convocatoria de elecciones. Como siempre, no he obtenido una respuesta responsable por parte” del Partido Popular de Mariano Rajoy, a quien achacó un aumento de la tensión cuando “es necesario distensión y diálogo”.

“Corresponde al Parlament proceder con lo que la mayoría parlamentaria determine en relación a las consecuencias del [artículo] 155”, añadió.

La coalición independentista de Puigdemont en el parlamento catalán tiene 72 de los 135 escaños. Desde que Puigdemont vaciló en declarar la independencia, algunos han roto con él.

Esta es sin lugar a dudas la mayor crisis que enfrenta España desde el regreso de España a la democracia, que siguió la muerte del dictador Francisco Franco en 1977. Fue una transición pacífica, que se realizó mediante una serie de cambios plasmados en la Constitución de 1978.

Rajoy ha insistido que la invocación del artículo 155 es la única manera de que Cataluña regrese a la legalidad y para mantener la recuperación económica de España, que estaría en “peligro por las decisiones caprichosas y unilaterales de algunos”

Mucho indica que se ha llegado a un punto de grandes cambios en España y Europa. En aras de la unidad, el gobierno central intentará aplastar la independencia de una república e imponer una monarquía.

Décadas después de muerto y enterrado Francisco Franco, su legado sigue dividiendo a los pueblos de la Península Ibérica.

Más información en español, New York Times

Más información en español, El Huffington Post

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