Desde Mitt Romney intentando hablar con acento sureño y recordando a su audiencia que se codea con los super millonarios del país, a Rick Santorum diciendo en Puerto Rico que conviene cambiar el español por el inglés, a Newt Gingrich asegurando que su campaña sigue, al productor del polémico video de los llamados niños invisibles en Uganda detenido por masturbarse públicamente, no cabe duda: la vida es mejor que el circo.
Aún así el circo es una gran tradición, que no hace muchos años fascinaba a chicos de todas las edades, con sus animales exóticos, sus bailarinas medio eróticas, mujeres barbadas, payasos y enanos, acróbatas de la cuerda floja, hombres disparados por cañones, más las enormes carpas en que movilizaban en largas caravanas de una ciudad a otra.
Clave para el circo era el afiche — herramienta publicitaria destinada a generar la expectativa.
Algunos de estos afiches, indica Huffington Post, han sido recolectados en el nuevo libro de Taschen “The Circus. 1870s-1950s”, donde vemos artistas, personajes, el público.
Coloridos, los vistosos diseños en aquella época no tenían que competir por la atención del consumidor con el incesante bombardeo de imágenes multimedia de la vida actual.
Aquí presentamos algunas imágenes: estamos seguros que le traerán un poco de nostalgia por aquellos días donde la imaginación era nuestra salida del tedio cotidiano.
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