Chica calientePara unos es discriminación, para otros una defensa de la moral pública. 

Daniel Gross de CNBC informa que para las estrellas de pornografía es muy difícil obtener una cuenta bancaria, por no decir una línea de crédito.

No como individuos, dice, sino como entidades comerciales, o pequeñas empresas, que es la forma en que trabaja un creciente número de profesionales de la porno.

Es el resultado, explica, de grandes transformaciones la industria de US$14 mil millones al año. Avances en tecnología han cambiado los patrones de consumo de la pornografía — la distribución se ha trasladado de teatros (muchos con cabinas individuales) y DVDs a páginas web y presentaciones en vivo con video cámaras.

Ello ha dado impulso a industrias caseras, basadas en la fama del artista individual, que intentan funcionar legalmente como pequeñas empresas, que requieren servicios bancarios.

Y es ahí que radica el problema.

Artículo en inglés