Los mismos gobiernos que en el 2011 temían que la retirada de EUA de Irak fortaleciera a Irán (tal cual terminó sucediendo) han recibido con nerviosismo y escepticismo los planes anunciados en alocución nacional por el Presidente Barack Obama de una campaña de bombardeos de años de duración para detener al Estado Islámico de Siria e Irak.
Esa es la noticia en primera plana del New York Times hoy, firmada por Anne Barnard y David D. Kirpatrick, que señalan que el anuncio ha recibido “reacciones mixtas que subrayaron los desafíos de una nueva intervención militar en el Medio Oriente, donde 13 años de caos, desde el 11 de septiembre hasta las revueltas de la Primavera Árabe, han profundizado las divisiones políticas y sectarias aumentado la desconfianza hacia EUA por todos los lados”.
Dice que los gobiernos aliados han dado una “bievenida poco entusiasta”, “tibia” por parte de los principales aliados como Egipto, Jordania y Turquía que “el jueves buscaban todas las maneras para encontrar la manera de evitar compromisos específicos en la campaña militar extendida del presidente Obama en contra de los extremistas sunitas”.
Dijo Diaa Rashwan, experto del Centro Al-Ahram para Estudios Políticos y Estratégicos, una política financiada por el gobierno organización en El Cairo. “Como estudiante del terrorismo durante los pasados 30 años, me temo que la fórmula de apoyar el esfuerzo estadounidense es muy peligrosa”.
Mapa: Wikimedia Commons