México responde con ArancelesEscriben Ana Swanson y Jim Tankersley en el New York Times en español. México anunció hoy la imposición de aranceles a bienes estadounidenses que suman alrededor de 3000 millones de dólares, como whisky, queso, cerdo y otros, en respuesta a los gravámenes al acero y el aluminio que estableció recientemente el gobierno de Donald Trump.

Esta es una nueva complicación que marca la relación bilateral en momentos en que ambos países, junto con Canadá, también batallan respecto a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Los aranceles mexicanos fueron establecidos poco después de que la Casa Blanca anunciara un nuevo obstáculo para la negociación, pues dio a conocer su deseo de que discutir el acuerdo de 1994 por separado con Canadá y México, en vez de negociar de manera tripartita.

Larry Kudlow, el principal asesor económico de Trump, dijo que lo que el presidente prefiere “ahora es negociar con México y con Canadá por separado” pues eso permitiría alcanzar un pacto “más rápido”.

Los aranceles anunciados por Trump —25 por ciento al acero y 10 por ciento al aluminio— fueron impuestos contra México y Canadá el 1 de junio en una campaña para ejercer presión y que ambos países accedieran a las demandas estadounidenses en la renegociación del TLCAN. La Casa Blanca también impuso aranceles a la Unión Europea, Japón y otros países.

Esto ha enfurecido a países aliados, que ya indicaron que responderán con sus propios aranceles a bienes estadounidenses, en especial los que se producen en estados y zonas que respaldaron electoralmente a Trump.

Funcionarios mexicanos indicaron que la lista de sus aranceles justamente busca ejercer presión sobre integrantes de alto rango del Partido Republicano: el acero de Indiana, de donde es oriundo el vicepresidente Mike Pence, o productos agrícolas del distrito de California representado por el diputado Kevin McCarthy, el líder de la bancada mayoritaria en la Cámara Baja.

“Los agricultores necesitan certeza y mercados abiertos para mantenerse a flote”, dijo Angela Hoffman, subdirectora de Farmers for Free Trade (Agricultores por el Libre Comercio), en un comunicado. “Ahora lo que hay es caos y proteccionismo”.

Aún está por verse qué país se echará para atrás primero; así, quedan en vilo el futuro del TLCAN y los millones de trabajos de todo el continente que están vinculados a ese pacto. La incertidumbre es tal que varias empresas están reteniendo inversiones que harían si el futuro del tratado fuera seguro.

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