ZULTÉPEC-TECOAQUEHablan los restos de Zultépec-Tecoaque. Las nuevas excavaciones en el sitio arqueológico Zultépec-Tecoaque, en Tlaxcala, México —donde a principios de la Conquista de México indígenas acolhuas sacrificaron a 550 personas que integraban una caravana que acompañaba a Hernán Cortés— están produciendo nueva evidencia de la resistencia con que los mexicanos intentaron preservar sus tierras.

Los acolhuas, aliados de los aztecas, enfrentaron una caravana de desconocidos, acompañados de especies animales nunca vistos, según explica una nota en Newser.

Era el año 1520, y el convoy de conquistadores estaba compuesto de unos 15 españoles, 45 soldados cubanos muchos de ellos de ascendencia africana, mujeres y unos 350 indígenas aliados de los españoles.

Según los artefactos encontrados en el sitio de la ruina Zultépec-Tecoaque, los habitantes del pueblo o sus cautivos moldearon figuras de barro de los desconocidos. Simbólicamente “decapitaron” las figuras y también sacrificaron a los prisioneros y se los comieron.

La excavación se inició a comienzos de octubre luego de haberse suspendido por cinco años.

Según indica el Instituto Nacional de Arqueología e Historia de México (INAH),  el esfuerzo persigue “conocer cómo vivieron los cautivos antes de su inmolación”.

Lo encabezan los arqueólogos Enrique Martínez Vargas y Ana María Jarquín Pacheco.

La captura de un grupo de personas tan extenso, dice INAH obligó a “un cambio arquitectónico importante para dar cabida a medio millar de personas que se sumaron intempestivamente a la población local durante ese lapso (junio de 1520 a marzo de 1521)”.

Entre los vestigios destacan decenas de cabezas de figurillas de cerámica que fueron degolladas; unas tienen fisonomía hispana, otras rasgos negroides; una escultura miniatura representa un ángel y otra con un rostro de un demonio con cuernos de cabrío.

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Se han clasificado cajetes aztecas en cuyo fondo está grafiteada una cruz cristiana. Esos elementos estaban dispersos en los aposentos y en algunos entierros, que con la excavación para recuperar su aspecto arquitectónico se han encontrado encerrados.

Mediante las inmolaciones, sostiene un arqueólogo, se pedía protección de las deidades frente a la llegada de gente extraña.

La distribución de los cuerpos remite a mitos mesoamericanos de origen, lo que habla de la angustia que vivieron al enfrentar al conquistador. El sitio muestra que la Conquista no fue fácil. El episodio en Tecoaque habla de algo inédito en la historia de México porque no hay evidencias arqueológicas que revelen una resistencia.

También se descubrieron alrededor de 200 objetos europeos, incluyendo una espuela de caballo, un camafeo, clavos de hierro, anillos, figurillas y cerámica vidriada.

Al enterarse Hernán Cortés de la matanza de su gente, dio instrucciones de destruir Tecoaque. Y eso fue lo que se hizo.

Ahora la ciencia de arqueología nos contará cómo sucedió.

Más información en inglés, Newser

Más información en español, Instituto Nacional de Arqueología e Historia de México

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