Por mal que suene, es un proceso parecido al de los encurtidos el que preservó durante 2,600 años el cerebro de un hombre de la Edad de Hierro que fue colgado, luego degollado y su cabeza tirada al pantano.

Terrible muerte.

En el pantano en la campiña inglesa el cerebro del pobre hombre se mantuvo intacto, dentro del cráneo.

No presenta señales de actividad bacteriana o fúngica.

Tampoco huele.

Lo forma una “textura suave como de tofu (queso de soja)”.

Lo increíble del hallazgo es que al entrar en contacto con el aire, el tejido cerebral se deshace rápidamente.

Esto no sucedió aquí.

¿Qué secretos esconderá?

El próximo paso, imaginamos, será conectarlo a un robot a ver si habla.

Gracias: Slate

Foto cortesía de brainblogger via flickr

[vsw id=”56deWUFdWYU” source=”youtube” width=”425″ height=”344″ autoplay=”no”]