screen-shot-2016-09-29-at-6-39-06-amShawn Boburg discute en primera plana del Washington Post un tema que, sin traerlo a colación, trajo a colación Donald Trump durante su debate con Hillary Clinton: Las múltiples infidelidades del expresidente Bill Clinton actual marido de la aspirante a la presidencia.

Casi al cerrar el debate, usando una táctica perfeccionada por Richard Nixon, hábil político y maestro del golpe bajo, Trump dijo que se había abstenido de mencionar un tema por respeto a Chelsea Clinton, sentada en primera fila. Sobra decir que al no mencionarlo lo estaba más que mencionando — ese es el elemento nixoniano.

El mismo Trump y sus partidarios amenazaron con que lo van a mencionar en el próximo debate, especialmente ahora que parece ser que Hillary Clinton ganó ampliamente el primero.

La nota del Washington Post discute las infidelidades de Bill Clinton, que ocuparon titulares a lo largo de muchos años, y que durante su segunda presidencia culminaro en el episodio de Monica Lewinsky, la becaria, y el juicio político a Bill Clinton, que sobrevivió en el senado.

“Sus detractores, sin embargo, dicen que a lo largo de los años Clinton ha arremetido injustamente contra las mujeres involucradas en las indiscreciones de su marido. Sus respuestas la han obligado a caminar una línea muy tenue sobre cuestiones de asalto sexual, incluso mientras durante la campaña ha obtenido un fuerte apoyo político entre las mujeres votantes.

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“La campaña Trump ha argumentado que el problema que enfrenta a Hillary Clinton como un candidata no es el comportamiento de su marido, sino el papel que ella jugó en crear el marco de las respuestas a las acusadoras. Ella desacreditó aseveraciones que posteriormente resultaron ser verdad y trabajó entre bastidores para ayudar a controlar las alegaciones, han dicho sus ex colaboradores”.

Inicialmente, Hillary Clinton dijo que se trataba de “bimbo eruptions” (erupciones de mujeres sin inteligencia), frase que la sigue persiguiendo 25 años después.

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“En noviembre, el tema volvió a surgir después de que la candidata demócrata enviara un tweet diciendo que las víctimas de asalto merecen que se les crea. En un foro público en diciembre, alguien preguntó directamente a Clinton si ese comentario se aplica también a las acusadoras de su marido”.

“‘Yo diría que a todo el mundo se debe creer en un primer momento,’ dijo ella, ‘hasta que la evidencia les quite la credibilidad'”.

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“Sin embargo, Hillary Clinton descartó una acusación hecha por Gennifer Flowers, la cantante que vendió su historia a un tabloide después de haber negado previamente un romance. En una entrevista con ABC News, llamó a Flowers ‘una cantante de cabaret fracasada que no tiene una gran hoja de vida en la cual respaldarse’. Ella le dijo a la revista Esquire en 1992 que si tuviera la oportunidad de interrogar a Flores, ‘Yo la crucificaría “.

Agrega la nota que según George Stephanopoulos, portavoz entonces de la presidencia y ahora una de las caras más conocidas del periodismo en EUA, Clinto dijo que había que “destruir la historia” de Gennifer Flowers.

Bill Clinton admitió mucho años después que sí había tenido un romance con Flowers.

Recuerda la nota que durante la campaña en 1992 para la famosa entrevista del programa “60 Minutes”, ell dijo que le creía a su marido cuando negaba sus infidelidades y que ella no era ningúna victima. (Fue también en aquella memorable ocasión que Bill Clinton admitió haber fumado marihuana un par de veces pero “sin aspirar”).

Hillary Clinton negó en 1992 que su marido tuviera relaciones con otras mujeres y dijo que las acusaciones eran parte de una “gran conspiración de la derecha”.

Otra mujeres, Juanita Broaddrick acusa a Bill Clinton de violación en 1978, algo que el expresidente y la candidata han negado.

La nota en el Washington Post tiene el titular “¿Facilitadora o defensora de su familia? La manera cómo Hillary Clinton ha respondido a las acusaciones de su marido”.

Artículo en inglés