Si a la pazCon la firma del acuerdo de paz hoy 26 de septiembre 2016 en Cartagena, Colombia, se pondrá fin a una guerra civil de más de 60 años, uno de los conflictos más largos e intensos del planeta en épocas recientes.

Asistirán representantes del gobierno de Juan Manuel Santos, una delegación de las FARC encabezada por Timochenko comandante de la guerrilla más antigua del hemisferio y que cesó toda actividad militar a fines de agosto. También estarán presentes una nutrida delegación internacional que incluye los jefes de estados de más de 15 países.

La ceremonia cerrará un proceso de negociaciones, impulsado por los buenos oficios de Cuba y Noruega, que se inició en Oslo en 2012, para luego trasladarse a La Habana.

El acuerdo se firmó en junio 2016.

El génesis de las FARC se traza a una auto defensa campesina en el campo colombiano, azotado en los años 60 por otra guerra civil entre liberales y conservadores — período conocido como La Violencia en Colombia.

Las FARC eventualmente adoptaron la ideología marxista leninista, funcionando como brazo armado de  formaciones políticas que operaban legalmente.

A través de los 60 años de conflicto, según cálculos oficiales, más de ocho millones fueron víctimas — desde brutales asesinatos hasta detenciones, torturas y desplazamientos. Tanto las FARC, como las fuerzas militares colombianas, han sido acusadas de graves violaciones de códigos de guerra y los derechos humanos.

Durante este mismo periodo, el mismo país cambió de ser una sociedad mayoritariamente rural y campesina a la actual donde las grandes concentraciones de población están ubicadas en enormes ciudades.

No es esta la primera vez que las FARC participa en negociaciones con el gobierno. Durante los años 90, la administración del conservador Andrés Pastrana, se logró avanzar en las pláticas con miras a un cese al fuego definitivo.

Pero el proceso se detuvo.

Los insurgentes regresaron a la guerra acumulando material bélico y reclutando nuevos combatientes.

A comienzos de la década del 2000, durante la administración de Alvaro Uribe, fortalecido por nueva tecnología militar. el ejército propinó a  las FARC una serie de reveces militares entre ellos matando a sus dirigentes históricos, que, en opinión de muchos, impulsó la voluntad de negociaciones.

Irónicamente, el expresidente Uribe, ahora un senador de la república en el partido Centro Democrático lidera la oposición a la firma del tratado de paz.

En la medida en que la guerra es la política por otros medios, suspendida la guerra, la agrupación de antiguos combatientes intentará alcanzar una serie de reformas por la vía política. Muchas de estas reformas han sido plasmadas en el acuerdo firmado en agosto.

El tratado de paz firmado hoy se presentará a la nación el 2 de octubre en un plebiscito donde el electorado podrá votar Sí o No.