Violencia ligada al narcotráfico colocó a Honduras en 2010 al tope de la tasa mundial de homicidios, cuando registró 82 por cada 100,000 habitantes -11 veces más que la media mundial de la ONU, escribe Isabel Sánchez de la AFP en un cable publicado en Cubadebate.
Y los homicidios siguen en ascenso, dice.
Con 174 homicidios por cada 100,000 habitantes, San Pedro se ha ganado el título de “capital mundial del crimen”.
Señala la AFP que por Centroamérica, camino a México, pasa el 90% de la cocaína que se consume en EUA.
Ello la ha convertido en la región más violenta del mundo.
Con menos del 10 por ciento de los policías necesarios, las autoridades no dan abasto. El ejército patrulla las calles con armas de combate.
Aún así, “no hay recursos materiales ni humanos”, dice el jefe policial de San Pedro Sula, Edgar Flores Padilla.
Sobre los integrantes de las pandillas conocidas como “maras” dice que, “Son jóvenes sin remordimiento de matar a alguien por robarle un celular”.
Sus miembros se dedican al “narcomenudeo”, al sicariato, a extorsionar transportistas, empresarios y hasta a los comerciantes ambulantes.
Además, las pandillas, como la Mara Salvatrucha (MS) y la Mara 18 (M18), libran una sangrienta lucha territorial que produce muertos a diario. Las maras, además. sirven como guardaespaldas y escoltas para los narcotraficantes, dice.
No faltan las armas de fuego, que acompañan el 80% de los crímenes en Honduras: de tres millones que circulan en Centroamérica, unas 800,000 están en este país, dice.
Las cárceles están colapsadas, apunta. “Algunos presidios son auténticas mazmorras medievales, bombas de tiempo que han estallado varias veces, escuelas del crimen. El 60% de los presos está sin juicio”.
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