“Estamos con mucha prisa”, comentó el pensador estadounidense Henry David Thoreau en 1854, “para construir un telégrafo magnético de Maine a Texas, pero es posible que Maine y Texas, no tengan nada importante que comunicarse”.
Eso mismo sucede en nuestra época a raíz de lo que Arianna Huffington llama el “fetichismo de las redes sociales” que ha alcanzado las proporciones de la idolatría.
“Nuestra cultura mediática está trabada en un Presente Perpetuo, la búsqueda constante de efímeras primicias de solo segundos de duración”, dice. Incluso cuando la mayoría de dichas primicias no tienen importancia alguna, ni siquiera durante los escasos instantes de su exclusividad, señala en una columna en Huffington Post.
En la actualidad cada vez que una noticia adquiere proporciones virales, es decir con la velocidad del relámpago se distribuye millones de veces, los medios descorchan el champagne. “Pero parecen despreocuparse si esta divulgación viral contribuye en lo más mínimo — ya sea con simple diversión — a nuestras vidas”, apunta.
La reflexión del momento, concluye la mujer más importante del planeta en el mundo de los medios, debe ser, “A medida que adoptamos maneras mejores de ayudar a la gente a comunicarse, ¿podríamos seguir preguntándonos en realidad qué es lo que se está comunicando”.
O como dice el dicho, mejor callarse que no decir nada.
