Del prestigioso New England Journal of Medicine podría decirse que es lo equivalente a la Biblia de la investigación médica de EUA — pero el Washington Post ha publicado una desconcertante nota que cuestiona la imparcialidad de la magna publicación.
Escribe Peter Woriskey que cerca de las dos terceras partes de los artículos sobre nuevas medicinas que publicó el Journal en el último año llevaban la firma de autores que habían recibido pagos por las compañías que fabricaban las drogas.
Si le causa alarma, tiene razón.
“Refleja la capacidad de la industria farmaceútica para amoldar los resultados de la ciencia e influenciar las medicinas que los doctores prescriben a sus pacientes”.
Y, para remate de males, el Post indica que Journal no es el único de dudosa imparcialidad.
Refleja la nueva realidad de la industria donde las compañías farmarceúticas gastan más en investigación médica que el gobierno, dice.
El año pasado, la industria invirtió US$39 mil millones mientras que el National Institutes of Health gastó US$31 mil, apunta.
