Ambos lados del debate sobre la reforma migratoria en EUA están furiosos con las más recientes acciones de la patrulla fronteriza de Texas.
Los que apoyan los derechos de los indocumentados denuncian como inhumano el que hayan transportado por avión a Arizona a cientos de indocumentados centroamericanos capturados en Texas dejándolos tirados literalmente en estaciones de buses — sin agua ni comida en días en que las temperaturas alcanzan los 100 grados F.
Mientras tanto, los críticos como la gobernadora de Arizona Jan Brewer dicen que es “otro ejemplo preocupante de una omisión deliberada de hacer cumplir las políticas de seguridad fronteriza y reparar un sistema roto de inmigración”.
Estos críticos preferirían que los mandaran de vuelta a sus países.
Esta nueva situación, dice Lourdes Medrano en The Christian Science Monitor, surge porque Texas ha reemplazado a Arizona como punto de ingreso a EUA. Ello ha aumentado el número de detenidos y ahora no dan abasto los recursos policiales del estado.
Al mismo tiempo, agrega, se ha visto un aumento notable de entradas a EUA de niños menores de edad ya que, según los rumores que corren en remotas poblaciones centroamericanas de donde han venido muchos de estos migrantes, se cree que las autoridades de EUA no deportan a los los niños y las mujeres.
Dice el periódico que este fin de semana 1,100 niños sin acompañante adulto irán de Texas a Phoenix, Arizona, voluntarios de las comunidades se están movilizando para ayudarles.
Algunos activistas aprueban el; que no se encierre a estos inmigrantes en las cárceles privadas. Pero no que se les deje tirados sin que tengan la menor idea de donde están.
“Algunos que viajan con niños chiquitos ni siquiera llevan pañales”, dijo un voluntario.
Foto via Christian Science Monitor
