FajitasComo muchas personas religiosas, Hiram Jimenez de Westhampton, N.J., pronuncia una oración antes de comer. No hace mucho, al agachar su cabeza en un acto de devoción ante un apetitoso plato de fajitas en el restaurante Applebee’s, Jimenez sufrió quemaduras en el rostro.

Intentó entablar un pleito por daños y perjuicios pero los tribunales lo mandaron a freír espárragos alentando el restaurante no debía haberle advertido sobre “un peligro abierto y obvio” como son unas fajitas horneadas a punto, ardientes, crepitantes y chisporroteando.

Esperamos que, así no haya obtenido justicia terrenal, aprenda una lección de física sobre la proximidad al calor.

 

Via USA Today

Foto cortesía steven depolo via flickr