El objetivo del discurso del primer ministro de Israel Benjamin Netanyahu ante el congreso de EUA es denunciar el posible acuerdo entre Irán y la administración Obama.
Pero lo pronunciará ante una audiencia sin casi la cuarta parte — ocho senadores y 47 diputados demócratas, cuya ausencia brillará en el evento que se ha convertido en un fiasco político tanto para Netanyahu como para el presidente de la cámara de representantes, John Boehner, quien optó por invitar al primer ministro sin consultar a la Casa Blanca — una clara y desafiante violación del protocolo.
Informa Mike Lillis en The Hill que “el boicot, muestra de que las relaciones son cada vez más tensas entre la Casa Blanca y el gobierno de Israel, ha inyectado una aspecto partidista al tema del apoyo estadounidense a Israel, que históricamente ha sido abrumador por parte de ambos partidos”.
(Netanyahu y los republicanos rechazan las platicas con Irán porque aseguran que un acuerdo permitiría que la República Islámica desarrolle armas nucleares que podrían amenazar a Israel. Piden, en vez, mayores sanciones y aislamiento).
Entre los ausentes se encuentra el vice presidente Biden, que además es el presidente del Senado según la constitución de EUA.
Para agregar una pizca de ironía al cocido, indica The Hill, “Los dirigentes del Partido Republicano también se encuentran en una posición incómoda como anfitriones de un discurso que indudablemente va a centrarse en la seguridad de Israel y Occidente en un momento en que los líderes republicanos no han logrado financiar su propio Departamento de Seguridad Nacional.
