Mientras que el primer ministro de Israel Benjamin Netanyahu regañaba a EUA mandándolo básicamente a callar sobre Gaza, EUA subía la temperatura a la guerra fría contra Rusia anunciando nuevas medidas y sanciones.
Y refugiados: 400,000 en Gaza; 200,000 en Ucrania; hasta 70,000 en la frontera sur de EUA.
Netanyahu dijo agriamente que “nunca me contradigan sobre Hamas”, solo días después de haber recibido municiones para seguir la operación que ya ha cobrado un saldo asimétrico de más de 1600 palestinos muertos, casi 10,000 heridos, gran parte del territorio destruido y 400 mil desplazados; 63 israelíes han muerto.
Putin fue nuevamente acusado de todo lo que pasa en Ucrania — desde causar la crisis, tumbar el avión, hasta de disparar desde Rusi; violar tratados nucleares; se implementaron nuevas sanciones; se informó que la OTAN está ayudando al gobierno de Ucrania, del cual se anunció que había usado misiles balísticos de corto alcance contra Donestk, donde ya se habla de cientos de miles de refugiados.
Mientras tanto, los republicanos de la cámara de representantes regañaban al presidente y lo demandaba por su implementación inadecuada del plan de salud (el mismo que ellos oponen a muerte) luego jugaban a los escondites con la ley que trataría de solucionar la crisis de los 57,000 niños refugiados en la frontera.
Mientras tanto algunos diputados pedían deportaciones de todos — incluso los que se habían beneficiado hace dos años de la acción ejecutiva — los 8 millones de personas sin documentos en el país.
Y así, se fueron a descansar los congresistas por cinco semanas, sin que parezca importarles que no habrá descanso para los Ucranianos que escapan de una guerra en cuyo génesis EUA jugó su parte; ni para los niños que huyen de la violencia que en Centroamérica han desencadenado las pandillas que luchan por las rutas de drogas a los mercados de EUA; ni mucho menos los palestinos que en Gaza viven bajo el continuo terror de las bombas israelíes Made In USA.
Carlos F. Torres
New York, Agosto 2, 2014