“Todo se reduce a tratar de estar expuestos a las mejores obras de los seres humanos y después tratar de incluirlas en lo que tú estás haciendo. Los artistas buenos copian y los artistas geniales roban”, dijo Steve Jobs, según Walter Isaacson en la biografía recién publicada.
Y puso sus palabras en la práctica, según indica lainformación.com
Dice que en discusiones con la compañía Xerox que eventualmente condujeron a una inversión de un millón de dólares en Apple, Jobs vio un ratón de computadora.
“Una alternativa al teclado que, combinada con un sistema de programación que en lugar de comunicarse a base de códigos y números lo hacía con imágenes e iconos -también de Xerox-, marcaba el camino al futuro”.
Ni corto ni perezoso, Jobs tomó la idea “prestada” y contactó a una pequeña empresa de hardware y software para pulir el artefacto, que originariamente tenía tres botones, un coste de 300 dólares y rodaba con dificultad.
Así, pidió un modelo con un único botón, a un precio de 15 dólares y “que fuera capaz de rodar sobre una mesa y también sobre mis pantalones”.
El invento revolucionó el mundo, dice la información.com.
Cuando Apple salió a bolsa al año siguiente, el millón de dólares invertidos pasó a alcanzar un valor de 17,6 millones de dólares.
Foto cortesía globochem via flickr
