Debate-DemocrataTres personas — una de ellas ausente — se distinguieron en el primer debate de candidatos demócratas a la nominación presidencial de su partido.

La primera de ellas no estaba y, contrario a lo que se especulaba, no hizo falta a nadie. Se trata del vice presidente Joe Biden, de quien decían los rumores podría postularse y aparecerse en último momento.

No lo hizo y ya para qué.

Hillary Clinton, por otro lado, entró al debate encabezando las encuestas. Y salió como tal.

Respondió firmemente las preguntas del panel de periodistas de CNN encabezado por Anderson Cooper.

Sobre sus cambios de posiciones a través de los años — matrimonio homosexual, y el TPP — dijo que a medida que ella se informa más sobre un tema es posible que su posición cambie. Negó que fuera oportunismo.

También le ganó sin noquearlo a Bernie Sanders, el candidato social demócrata que le venía presionando por la izquierda.

Ante la pregunta si el socialismo funcionaría en EUA, Hillary reivindicó del espíritu empresarial de los pequeños negocios que llamó la fuerza motriz de la economía del país. “Al capitalismo hay que rescatarlo de sí mismo”, dijo Hillary, para que todos tengan las mismas oportunidades que ella.

Sanders había dicho que su modelo económico es Dinamarca — a lo cual Hillary recordó las diferencias entre ambas naciones — no supo cómo responder y dio la impresión de estar desorientado.

Hillary también fustigó la posición de Sanders sobre las armas en manos de particulares. Ella, sin rodeos, pide legislación más fuerte que restrinja la facilidad de comprar armas, lo cual le ha ganado el odio de una vaca sagrada la poderosa National Rifle Association.

Sanders quedó arrinconado y sin respuesta. Vermont, el estado que representa, es altamente rural y allí muchos son cazadores. Sanders se ha opuesto a legislación que restrinja la compra de armas.

Su llamado a un consenso nacional no pegó en el público demócrata, que quiere recortarla las alas a la NRA.

Sanders apareció confuso; Hillary fresca, alerta y preparada.

El candidato social demócrata, sin embargo, impresionó a algunos con sus denuncias del encarcelamiento masivo en muchos casos por ofensas menores relacionadas a las drogas, lo cual llamó racismo institucionalizado.

Denunció el poder de Wall Street en la nación y en la política. “El Congreso no regula a Wall Street, Wall Street regula al Congreso”.

También manifestó una firme oposición a Hillary sobre intervenciones en el Medio Oriente, en particular Siria.

Sobre este tema, Hillary quien fue Secretaria de Estado, exhibió gran manejo del tema de la diplomacia.

Una de los mejores momentos de la noche fue el comentario de Bernie Sandeers sobre el escándalo de los correos de Hillary. Sanders, exasperado, dijo “La gente está cansada de escuchar sobre sus malditos correos”.

Hillary le dijo “Gracias Bernie” y dio la mano.

Aunque diera la impresión que Sanders estaba eximiendo a la candidata de responsabilidades, en realidad lo que él quería decir era que el tema distrae de una discusión sobre otros asuntos de mayor importancia.

Los otros tres candidatos — Martin O’Mailley, Jim Webb y Lincoln Chaffee — no supieron aprovechar el espacio.

En vívido contraste con los debates republicanos, que en uno de ellos tuvieron a 11 personas en el podio, los demócratas aparecieron más centrados en los asuntos del país y menos dispuestos atacarse mutuamente.

No hubo comentarios racistas contra inmigrantes, musulmanes y afroamericanos.

No hubo comentarios guerristas.

Los demócratas discutieron temas de racismo; la nefasta influencia de los millones en la política; la vigilancia extrema por el gobierno de sus ciudadanos; los excesos de Wall Street y su impunidad; la desigualdad del país; el costo elevado de la educación; la importancia de la diplomacia, prestaciones de maternidad y seguros de salud y el salario mínimo; la reforma migratoria y los derechos de los hijos de los indocumentados; la violencia policial contra los afroamericanos y las minorías.

Así, sin el espectro de Biden y tal vez habiendo superado lo peor del escándalo de los correos, avanza Hillary Clinton que ayer mostró que posée la determinación y la madera para ser la primera mujer presidenta de EUA.