La masacre de New OrleansUn día como éste, un 30 de julio de 1866, una turba de racistas movilizados en torno a la consigna “Recuperemos a nuestro país”, que incluía agentes de la policía y el mismo alcalde de la ciudad de New Orleans, atacó una reunión de más de 200 afroamericanos reunidos para redactar una nueva constitución del estado de Louisiana.

La Masacre de New Orleans dejó un saldo de 48 muertos y más de 200 heridos, en su gran mayoría ciudadanos de raza negra.

Calvin Schermerhorn publica en The Daily Beast una nota sobre este brutal incidente — uno entre muchos de similares dimensiones y cuyo objetivo único fue impedir que la población negra del sur de EUA disfrutara de los mismos derechos que los blancos, que hasta 1865 los habían tenido subyugados como esclavos.

La Masacre de New Orleans tuvo lugar en los predios del Instituto Mecánico, edificio que hoy día ocupa el Hotel Roosevelt en Canal Street y Roosevelt Way.

Entre los derechos que otorgaría la nueva constitución que había reunido a los delegados estaba el derecho de la població negra a votar.

Por su importancia geográfica de acceso al Golfo de México, por el sur, y por el norte al río Mississipi por el norte con todos sus puertos, New Orleans había sido ocupada por las tropas federales en 1862, al año de estallar la guerra entre los estados. La captura de New Orleans fue, pues, una pieza clave en el ajedrez de la guerra entre los estados.

New Orleans era una ciudad cosmopolita, con una población de gran diversidad racial. El presidente Abraham Lincoln creyó que allí podría sembrar las ideas republicanas. Optó por usar la cautela, indica la nota en Daily Beast.

En 1864 fue redactada una convención para la ciudad que implementaba ciertas reformas contra los esclavistas sin dar a los negros el derecho al voto.

Pero con el asesinato de Lincoln, al final de la guerra civil, todos sus planes de reforma se fueron desvaneciendo y poco fue adquiriendo el poder político el movimiento por “recuperar nuestro país”.

El optimismo de los moderados se hundió tras el asesinato de Lincoln en abril de 1865, sustituido por el oportunismo del presidente Andrew Johnson. La guerra había terminado, los confederados se rindieron, y la abolición de la esclavitud por la Decimotercera Enmienda fue sometida a ratificación. Pero en lugar de seguir la ruta de Lincoln y avanzar los derechos civiles de los negros, el presidente Johnson tendió un puente hacia el sur de la  preguerra.

En la convención de 1865 Louisiana resolvió: “sostenemos que nuestro Gobierno es uno de gente blanca, creado exclusivamente para perpetuar los beneficios de la raza blanca; … y que las personas de ascendencia africana no pueden ser considerados como ciudadanos de los Estados Unidos”.

Igual que en los estados de Mississippi y Carolina del Sur, ex combatientes rebeldes en 1865 y 1866, pasaron Códigos de Negros. Louisiana revisó el código de esclavos de la preguerra sustituyendo la palabra “negro” por la palabra “esclavo”. La “vagancia” y el desempleo estaban penalizados. “Se establece el requisito de que cada persona negra esté en el servicio regular de un blanco o un ex propietario, quien será responsable de la conducta de dicho negro” y la “impudencia, los insultos o el lenguaje indecente” contra los blancos eran crímenes.

En menos de una década, mediante la violencia, los grupos supremacistas blancos habían recuperado gran parte de su poder político. En 1873, tuvo lugar otra masacre de blancos contra negros, en Colfax, Louisiana. Ochenta ciudadanos negros, tal vez más, morirían.

Las consecuencias de esto se sienten hasta el día de hoy.

Artículo en inglés