Justicia miope

ACTUALIZACION, 3/24/2013: Al día siguiente de haber sido excarcelado y luego de cenar, David Ranta sufrió un ataque cardiaco masivo. Se encuentra en recuperación en un hospital neoyorkino.

Luego de haber pasado 23 años en la cárcel por un asesinato que él no cometió, David Ranta está a punto de ser excarcelado, tras haberse desmoronado la evidencia que le obtuvo una condena de 37 años.

Uno por uno, escriben Michael Powell y Sharon Otterman en el New York Times, los testigos han retirado sus testimonios 

Uno le dijo al New York Times que un detective le había pedido que identificara a Ranta en la alineación policial; otro, un violador condenado confesó al fiscal que había mentido con la esperanza de beneficiarse; una mujer acaba de firmar un documento en el sentido que ella también mintió.

Según investigadores en el caso — que fue abierto por una unidad creada por el nuevo fiscal de Brooklyn Charles J. Hynes que se especializa en condenas dudosas — Loui Scarcella, el detective a cargo de la investigación y su socio Stephen Chmill, violaron todas las reglas.

No guardaron notas, dirigieron los testimonios, incluso permitieron que dos criminales violentos que sirvieron de testigos salieran de la cárcel fumaran crack y fueran a un prostíbulo a cambio de su testimonio.

Aunque la fiscalía en aquel entonces supo de las irregularidades del caso, dice el Times, no dieron gran importancia ya que decían haber resuelto el caso del asesinato de Chaskel Werzberger, joyero de la comunidad Hassidim de Brooklyn, robado y asesinado en un crimen que conmovió la ciudad.

Cuarenta policías fueron asignados al caso, dice el Times.

David Ranta dijo al Times que cada noche antes de dormirse se preguntaba si él era el único en el mundo que sabía que no había cometido el asesinato.

Artículo en inglés

Foto cortesía atoach via flickr