La propaganda de los extremistas lo presentó como abnegado y sacrificado — un verdadero mártir.
Pero parece que durante el periodo que vivió como el fugitivo más buscado del mundo — eludiendo a EUA y las fuerzas de una coalición de naciones en Afganistán y Pakistán — Osama bin Laden no la pasó tan mal.
Escribe Declan Walsh en el New York Times que el líder extremista musulmán tuvo tiempo para producir cuatro hijos, de los cuales dos nacieron en un hospital del gobierno.
Basado el testimonio de Amal Ahmad Abdul Fateh, la más joven de sus 3 esposas, el líder de Al Qaeda ultimado el año pasado tuvo también cinco casas a su disposición
En la actualidad, las esposas y algunos hijos de Bin Laden están detenidos en Islamabad y se anticipa que la semana entrante ellas, junto con dos hijos adultos del líder terrorista, serán inculpados de violaciones de las leyes migratorias de Pakistán.
La señora Fateh dice que después de los ataques del 11 de septiembre, Al Qaeda se dividió en grupos.
Ella regresó a Karachi con su hija de brazos, Sofía. No fue sino hasta mediados o fines del 2002 que se volvió a reunir con su marido, dice, en Peshawar.
Pasado unos meses, agrega en su testimonio, se internaron en las montañas de Pakistán, cerca de Islamabad, pero no fueron a las áreas tribales en la frontera con Afganistán, que era donde más los buscaba la inteligencia estadounidense.
Después de un tiempo se fueron al complejo de Abbottabad, donde cinco años después moriría bin Laden.
Durante este tiempo, tuvo sus cuatro hijos.
Dice el Times, que la inteligencia estadounidense no ha logrado establecer cuánta ayuda recibió Bin Laden del gobierno pakistano.
