“Es poco probable que el incisivo informe que ha hecho público este mes el Comité de Inteligencia del Senado cambie significativamente el papel que en la actualidad desempeña la CIA en el manejo de las guerras secretas de EUA. Una serie de factores — desde el respaldo firme por parte del Congreso y la Casa Blanca al fuerte apoyo público para las operaciones clandestinas — aseguran que una agencia que ha sido en ascenso desde que el presidente Obama asumió su cargo probablemente no verá disminuida su misión, ya sea durante los últimos años de esta administración o durante algún tiempo después de eso”.
Eso dice Mark Mazzetti en el New York Times de hoy.
Es una marcada diferencia, señala, con los años que siguieron las vistas en el Senado conocidas como el Comité Church hace casi cuatro décadas. El comité documentó complots de asesinatos de líderes extranjeros y espionaje doméstico contra las opositores de la guerra en Vietnam, lo cual “generó una ira post-Watergate entre muchos estadounidenses que veían con cinismo los plots secretos cocinados en Washington”.
Bajo la presidencia de Gerald Ford, se crearon comités del congreso y mecanismos de monitoreo de las actividades secretas.
Hoy día, dice el Times, el público apoya el uso de las torturas. Según una encuesta, un 49% de los estadounidenses considera que los métodos de interrogatorios documentados en el comité del Senado sobre la CIA son justificadas.