Nate Silver, estadístico especialista en el análisis de elecciones y autor de la columna FiveThirtyEight en el New York Times, ve muy buenas noticias para la reelección de Barack Obama en el anuncio de que la economía de EUA produjo 243,000 nuevos empleos en enero.
La importancia de crear de nuevos empleos es muy alta, dice.
Tanto economistas como candidatos y medios, le prestan gran atención a estos datos, lo cual asegura una discusión.
Igualmente, como las cifras se publican mensualmente y no sufren las revisiones y ajustes que las otras estadísticas, proveen un punto de referencia.
Señala que desde la Segunda Guerra Mundial, durante los años de elecciones cuando la economía estaba perdiendo empleos, el partido en el poder fue derrotado: en el 1980 y el 2008 desastrosamente, en 1960 con resultados más cerrados. En 1992, cuando el crecimiento de empleos estuvo por debajo del 1 por ciento, lo cual era inferior a la tasa de crecimiento de la población, George H. W. Bush perdió.
Por el otro lado, agrega, con una economía avanzando, creando nuevos empleos en las elecciones de los años 1956, 1964, 1972, 1984, 1988 y 1996 la reelección del presidente fue relativamente fácil, dice.
Además del desempleo, hay que tener otro factor en la elección de noviembre, según el Times: menos del 50 por ciento del electorado aprueba de la labor de Barack Obama en la presidencia.
“No es terrible — cae en un punto en que el señor Obama puede lograr una victoria del Colegio Electoral — pero es algo por debajo del promedio”.
Teniendo en cuenta el tamaño de la población y el índice de aprobación presidencial, un análisis por el New York Times alcanza la siguiente conclusión: Si la economía lograr generar más de 151,000 empleos mensuales, el presidente Obama llegará como favorito a la fecha de la elección.
Gráfica cortesía de hyperakt via flickr
