Mario Vargas LlosaLa realidad del mundo conducirá a la descomposición y desaparición de todo legado de Hugo Chávez, caudillo latinoamericano, “cruce de superhombre y bufón” que impuso en Venezuela la fracasada revolución bolivariana basada en el despojo de la libertad y la violación sistemática de los derechos humanos.

Eso y mucho más dice el novelista peruano Mario Vargas Llosa en una nota de opinión publicada el 10 de marzo en El País de España.

Mario Vargas Llosa — prolífico autor de más de medio centenar de novelas, cuentos, obras de teatro, películas, columnas, que le han ganado del Premio Nobel de Literatura, es un elocuente y apasionado defensor del neoliberalismo latinoamericano. En 1990 fue candidato presidencial en Perú.

Comienza su nota en El País por definir el fenómeno del caudillo, “herencia del mundo primitivo, anterior a la democracia y al individuo, cuando el hombre era masa todavía y prefería que un semidiós, al que cedía su capacidad de iniciativa y su libre albedrío, tomara todas las decisiones importantes sobre su vida”.

El caudillo se comunica con el pueblo en forma directa, “a través de la demagogia, la retórica y espectáculos multitudinarios y pasionales de entraña mágico-religiosa”, dice.  

Ello se evidencia en el duelo en Venezuela por Chávez, donde las masas que lo lloran “son las mismas que se estremecían de dolor y desamparo por la muerte de Perón, de Franco, de Stalin, de Trujillo, y las que mañana acompañarán al sepulcro a Fidel Castro”.

Los caudillos invariablemente dejan una nación sumida en el fracaso.

Al morir Hugo Chávez, dice, Venezuela,  “el país potencialmente más rico del mundo” queda “empobrecido, fracturado y enconado, con la inflación, la criminalidad y la corrupción más altas del continente, un déficit fiscal que araña el 18% del PIB y las instituciones —las empresas públicas, la justicia, la prensa, el poder electoral, las fuerzas armadas— semidestruidas por el autoritarismo, la intimidación y la obsecuencia”.

“Seguirá ese fantástico dispendio de los petrodólares venezolanos que han hecho sobrevivir a Cuba con los cien mil barriles diarios que Chávez poco menos que regalaba a su mentor e ídolo Fidel Castro?”, pregunta.

“¿Y los subsidios y/o compras de deuda a 19 países, incluidos sus vasallos ideológicos como el boliviano Evo Morales, el nicaragüense Daniel Ortega, a las FARC colombianas y a los innumerables partidos, grupos y grupúsculos que a lo largo y ancho de América Latina pugnan por imponer la revolución marxista?”, agrega.

El fracaso de la revolución encabezada por Hugo Chávez, dice Mario Vargas Llosa, se nota en el fracaso de la economía venezolana. “[…] la expropiación y nacionalización de más de un millar de empresas privadas, entre ellas de tres millones y medio de hectáreas de haciendas agrícolas y ganaderas, no desapareció a los odiados ricos sino creó, mediante el privilegio y los tráficos, una verdadera legión de nuevos ricos improductivos que, en vez de hacer progresar al país, han contribuido a hundirlo en el mercantilismo, el rentismo y todas las demás formas degradadas del capitalismo de Estado”.

Mario Vargas Llosa, cifra sus esperanzas en que la oposición venezolana que encabeza Henrique Capriles Radonsky regrese a Venezuela al pasado, “creando un clima estimulante para la creación de la riqueza en el que los empresarios y las empresas puedan trabajar y los inversores invertir, de modo que regresen a Venezuela los capitales que huyeron y la libertad vuelva a ser el santo y seña de la vida política, social y cultural del país del que hace dos siglos salieron tantos miles de hombres a derramar su sangre por la independencia de América Latina”.

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