La noticia sobre lo que se llamó la peor masacre del régimen libio en sus 42 años en el poder ocupó los titulares hace unos días: una fosa común que, según el Consejo National de Transición (CNT), escondía los restos de más de 1,700 enemigos de Moammar Gaddafi masacrados en 1996 en Abu Salim, una prisión en Trípoli.
Ahora, informa Radio Francia Internacional, parece que la verdad es algo diferente.
Dice que periodistas franceses que visitaron el sitio encontraron, “un terreno baldío, pisoteado por los niños, donde los únicos huesos visibles no eran de tamaño humano, sino compatibles con el esqueleto de un dromedario”, según citó RFI al enviado de Le Figaro.
Jean Le Touzet, de Libération, describe, además, “Patéticas imágenes de hombres alzando en lágrimas huesos que creen de humanos aunque pertenezcan claramente a dromedarios”.
Sin embargo, agrega RFI, un enviado de El País de España escribió que, “Los rebeldes habían dispuesto tres pequeños montones de huesos sobre hojas de papel. Pero escarbando aquí y allá, salían a la luz más huesos y trozos de la ropa a rayas que vestían los antiguos presos”, escribe Francisco Peregil.
La prensa francesa toma precauciones cuando las imágenes también forman parte de la guerra, dice RFI.
Recuerda “La famosa falsificación de Timisoara (Rumania), cuando se anunció el hallazgo de 1.104 personas asesinadas durante la insurrección de 1989 y al final de la guerra la cifra real bajó a 93 víctimas fatales. Las imágenes de cadáveres mostradas a la televisión pertenecían en realidad a cuerpos desenterrados del cementerio de la ciudad”.
