En cuanto a tácticas, armas, entrenamiento y actitud, la policía de EUA no se diferencia mucho del ejército, escribe Radley Balko en The Wall Street Journal.
Desde la década de 1960, dice, en respuesta a la percepción de algunas amenazas, las agencias del orden público en EUA han venido, “opacando la línea entre oficial de policía y soldado. Impulsadas por retórica marcial y la disponibilidad de equipo militar — desde bayonetas y rifles M16 a vehículos de transporte de tropas armadas — las fuerzas policiales de EUA han adoptado una manera de pensar antiguamente reservada para el campo de batalla”.
La nota agrega que factores como la guerra contra los narcóticos y las actividades antiterroristas después del 9 de septiembre del 2001 han creado el policía moderno: “armado hasta los dientes, listo para tratar severamente a los malhechores que persigue y un creciente peligro para las libertades civiles familiares en EUA”.
Unidades de SWAT (siglas en inglés de Armas y Tácticas Especiales) se entrenan con métodos muy parecidos a los de las fuerzas especiales del ejército, dice.
Cada día queda más en el pasado el agente que patrullaba el barrio, dice.
Ello se percibe en los mismos videos de entrenamiento muestran policías descolgándose de helicópteros, disparando poderosas armas y arrojando violentamente a los sospechosos al suelo.
Es una cultura muy aislada, agresiva y militarista, y existe una tendencia a atraer reclutas por las razones incorrectas, apunta.
