Fue secreto, audaz, y de una rapidez explosiva que dejó a todo el mundo sin saber qué decir.
El gobierno de EUA, por boca de su presidente Barack Obama, anunció al mundo que había cometido un error durante 54 años y que era hora de implementar un radical cambio de orientación hacia Cuba.
Así, con el intercambio de presos de un lado al otro, que luego supimos había sido precedido por una llamada telefónica de 90 minutos entre Obama y Raúl Castro, el 17 de diciembre de 2014 volvieron a hablar por canales normales (y no a través de terceros) dos naciones vecinas separadas por 140 kms de mar.
Fue una victoria para todos los que creen que en la comunidad internacional es posible, e incluso preferible, acordar estar en desacuerdo.
En el campo humanitario, permitirá la reunificación de familias — padres e hijos, hermanos, que durante décadas no han podido abrazarse.
A nivel continental, será la primera vez en medio siglo que todos los países del hemisferio se respetan.
Las oportunidades comerciales son infinitas.
Para la administración Obama, este histórico paso en que colaboraron Canadá e incluso el Papa Francisco, deja su marca indeleble en la historia de EUA.
En Cuba, los partidarios de la revolución lo consideran como un triunfo a la resiliencia, resistencia y firmeza con que lucharon por el derecho a escoger por cuenta propia su propio sistema político.
Respecto a la minoría que se opone a esta nueva orientación — podría decirse que han caído en el basurero de la historia.
Otra semana que pasó dejándose sentir en EUA y nuestra América
Carlos F. Torres
Director, El Molino Online
New York, NY, Diciembre 17, 2014
