Uwe Troschel está vendiendo un novedoso espacio publicitario: tatuajes en su propia cara.
Escribe Sumitra en Oddity Central que el recursivo caballero alemán ha dividido su rostro en secciones, donde los anunciantes podrán tatuarle mensajes publicitarios.
Cada espacio tiene su precio: por la frente pide 50,000 euros; por cada cachete, 20,00.
La nariz es más barata, solo 2,000.
Y si alguien quiere la totalidad, tendrán que deshacerse de 100,000 euros.
Dice Oddity Central que Troschel quiere usar el dinero generado para construir un museo dedicado a los perros San Bernardo, que son la pasión de su vida.
Cosa curiosa, este no es el único caso en que alguien persigue convertir su cuerpo en una valla publicitaria. Una mujer de Nueva Zelandia puso en subasta un espacio de 9x9cm en un cachete de su cola.