Qatar, nación de la península arábiga que nada en los petrodólares, acaba de pagar más de US$250 millones por un cuadro del francés Paul Cézanne, siendo éste el precio más alto que jamás se ha pagado por una obra de arte.
Escribe Alexandra Peers en Vanity Fair que “Los Jugadores de cartas” es una de cinco pinturas del post-impresionista francés bajo en mismo nombre, las otras cuatro se encuentran en el Metropolitan Museum of Art en New York, el Musée d’Orsay en Paris, el Courtauld de Londres, y la Barnes Foundation en Filadelfia.
La venta, dice, tuvo lugar en algún momento del 2011. Los detalles de esta fascinante multimillonaria transacción siguen sin conocerse.
Por años, la pintura fue propiedad del magnate naviero George Embiricos, quien casi nunca la prestó. Se le consideraba una de las principales obras de arte del mundo todavía en colecciones privadas.
Poco antes de morir, Embiricos comenzó considerar seriamente la venta, analizando una serie de ofertas superiores a los US$220 millones, dice.
La familia real de Qatar superó todas las ofertas, dice, con una cifra alrededor de los US$250 millones, aunque podría ser sustancialmente mayor.
Señala que Qatar se ha convertido en una de las capitales del arte del mundo, con la adquisición de importantes obras en años recientes. Tanto el museo Guggenheim como el Louvre tienen planeado construir ramas allí.
Los Jugadores de Cartas fue pintado a comienzos del siglo 20 en el momento que el post-impresionismo cedía lugar al cubismo. Cézanne ayudó a inspirar a los cubistas y sentó las bases para el arte abstracto. O, como dijo Pablo Picasso: “Fue el padre de todos nosotros”.
Obras de Picasso, Pollock, Klimt, y de Kooning se habían vendido por precios entre US$125 millones y US$150 millones, pero nunca a este nivel.
Artículo en inglés
