VOA NOTICIAS — El Senado de Estados Unidos dejó el jueves a cientos de miles de “dreamers” en el limbo al rechazar cuatro propuestas que en mayor o menor medida habrían evitado su deportación y fortalecido la seguridad fronteriza del país.
Dos de las propuestas fueron bipartidistas, otra más defendía los cuatro pilares exigidos por el presidente Donald Trump que hubieran disminuido considerablemente la inmigración legal, y otra más fue una medida que buscaba castigar a las ciudades que no cooperan con las autoridades migratorias federales.
El plan del presidente Trump fue el que menos votos recibió — solo 39 de 100 posibles y 21 sufragios por debajo de los 60 que necesitaba para sobrevivir.
Los votos de “no” incluyeron a algunos de los republicanos más conservadores de la cámara, a muchos de los cuales les desagrada ofrecerle a los inmigrantes no autorizados la posibilidad de que se naturalicen. Sólo tres demócratas respaldaron la propuesta de Trump.
Pero de todos modos, la votación representó un golpe particularmente severo para el mandatario pues significa que más de una cuarta parte de los republicanos le dieron la espalda en un tema que lo ayudó a llegar a la Casa Blanca.
Seis votos corto: También fue rechazado un plan que presentó un grupo bipartidista de senadores, que ofrecía concesiones que habrían protegido a los jóvenes inmigrantes, financiamiento para levantar un muro en la frontera con México y un aumento a las restricciones para la inmigración legal en general. Ocho republicanos se unieron a la mayoría de los demócratas en respaldo de esa propuesta, pero después de que la Casa Blanca amenazó con vetarla y el liderazgo republicano expresó su oposición, el resultado fue de 54 a favor y 47 en contra, sin alcanzar los 60 votos necesarios.
El fracaso en el Senado subrayó los problemas del Congreso para concertar un acuerdo en un tema que durante años ha demostrado ser irresoluble y en el que los simpatizantes más fervientes de cada partido se niegan a ceder terreno.
Lo que es peor, el resultado deja entrever que podría no haber una solución permanente que ayude lo suficientemente rápido a los dreamers que fueron traídos ilegalmente a Estados Unidos durante su infancia, a pesar del abrumador respaldo con el que cuentan en las encuestas de opinión pública.
Tras las votaciones, los jóvenes inmigrantes quedan a merced del plazo del 5 de marzo que le impuso Trump al Congreso para restaurar el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus iniciales en inglés), luego de haberlo cancelado el año pasado. Cortes federales han emitido órdenes temporales que impiden al presidente poner fin al programa puesto en marcha en la era del presidente Barack Obama, pero sin la acción del Congreso, los inmigrantes enfrentarán un creciente riesgo de deportación una vez que expiren sus protecciones.
Como dreamers se conoce a los inmigrantes que fueron traídos ilegalmente a Estados Unidos durante su infancia, o que excedieron su estancia legal, y que corren el riesgo de ser deportados debido a que no cuentan con permiso de permanencia. El DACA les brinda autorización para vivir y trabajar en el país por periodos renovables de dos años.
En manos de Trump: “Parece que los demagogos de izquierda y derecha volvieron a ganar en inmigración”, dijo el senador republicano Lindsey Graham, quien ayudó a redactar el plan bipartidista, pero también votó a favor de la medida de Trump. “La única manera de seguir es que el presidente Trump tome las riendas y nos guie a una solución”.
Ese escenario no estaba a la vista el jueves. La Casa Blanca arremetió contra la propuesta bipartidista, a la que describió como una “política peligrosa que perjudicará al país”, y criticó una cláusula que instruía al gobierno a priorizar el ejercicio de la ley en contra de los inmigrantes que lleguen ilegalmente a partir de julio. El mandatario no se mostró dispuesto a ceder en sus demandas de una propuesta más estricta que refleje la inflexible postura migratoria que le dio impulso a su campaña presidencial.
Después de que el Senado rechazó las cuatro propuestas, el líder de la mayoría Mitch McConnell culpó a los demócratas por no aceptar lo que definió como una oferta “generosa” por parte de Trump.
“Dejaron ir una oportunidad de oro de resolver el problema”, dijo McConnell. Expresó su disposición a encontrar terreno en común más adelante, pero dijo: “Para que eso suceda, los demócratas necesitarán echarle un segundo vistazo” a las exigencias de Trump.
El mandatario había ofrecido como incentivo una oportunidad para que los 1,8 millones de dreamers se naturalicen estadounidenses, una de las principales exigencias demócratas. Pero su plan también incluía la asignación de 25 millones de dólares para construir un muro en la frontera con México e implementar otras medidas de seguridad fronteriza, aplicar mayores restricciones a los parientes que los inmigrantes legales pueden proponer para que se naturalicen, y el fin de una lotería de visas que alienta la inmigración desde diversos países.
Mayor obstáculo: Los demócratas dijeron que Trump fue el principal obstáculo para lograr un acuerdo de mayor alcance.
“Esta votación es prueba de que el plan del presidente Trump nunca se convertirá en ley”, dijo Chuck Schumer, líder de la minoría en la cámara alta. “Si dejara de torpedear los esfuerzos bipartidistas, se aprobaría una buena propuesta de ley”.
La Casa Blanca reaccionó con ira el jueves por la noche en un comunicado, en el que acusó a “los demócratas de Schumer” de no actuar con seriedad en lo que respecta al DACA, la reforma migratoria y la seguridad nacional.