AdonisCon 82 años de vida y una carrera de más de seis décadas, Adonis es por mucho “el más grande poeta árabe contemporáneo”, pero también es un franco opositor al gobierno autoritario sirio de Bashar al-Assad, del que es un crítico feroz

Adonis optó por ese nombre de poeta cuando tenía 20 años; estaba en la universidad y se empezaba a adentrar en la poesía de Baudelaire y Rilke; entonces era apoyado por el gobierno de Siria, su país, y aún portaba su nombre de pila: Ali Ahmed Said Esber. Hoy, ese poeta que es concebido como el ” renovador del lenguaje poético árabe”, está en México dando cuenta de su grandeza literaria y su calidad humana y humanizadora.

Con 82 años de vida y una carrera de más de seis décadas, Adonis es por mucho “el más grande poeta árabe contemporáneo”, pero también es un franco opositor al gobierno autoritario sirio de Bashar al-Assad, del que es un crítico feroz, pero asegura que la revolución va más allá de ser sólo un cambio de régimen, que se requiere “cambiar toda una sociedad, cultural y socialmente”; por todo eso sigue siendo un escritor perseguido desde que dejó su patria en 1956 y que lo ha mantenido en París, desde 1986.

Con su mirada tranquila y su voz profunda, el poeta de cabello platinado y trato humano confía:

“Siento que he hecho mucho, pero frente a lo que uno debería de hacer pienso que no he hecho nada, todavía hay mucho trabajo que nos espera”.

El autor de Epitafio para Nueva York, Canciones de Mihyar el de Damasco, Libro de las huidas y Este es mi nombre, que es un poeta que siempre ha levantado la voz ante las injusticias e incluso a sus 82 años sigue siendo un activista político incansable, señala a EL UNIVERSAL que “la poesía es el arte y la creación que me dan la fuerza de seguir adelante”.

¿La poesía es un arma?

No me gusta la palabra arma, está ligada a la teoría y a la guerra. La poesía es una fuente de fuerza, de belleza y de amor, desde la que se puede ver el mundo de una manera más humana y más abierta.

En su poesía habla de la patria, de la civilización, de la sociedad, de que “todos los días un niño muere atrás de las capillas de las ermitas”…

La poesía es un espacio donde todos los otros espacios, aún económicos, entran; el mundo entero es una materia para la poesía. Un poema puede hablar de todo, de lo que sea, el asunto es cómo hablarlo, cómo expresarlo, cómo crear formas para decir todas estas diferentes cosas. Quizás la eficacia y la musicalidad de mi voz logra hacer la realidad menos dura, el amor cuando pasa por la poesía se vuelve una suerte de vida, también la muerte cuando pasa por la poesía se vuelve una forma de vida.

¿Sigue siendo un poeta y un activista incansable?

Sí, siempre sí. Soy incansable, nunca dudo en seguir mientras pueda si no, no se hace nada, en la vida todo es difícil por naturaleza, estoy en contra de la facilidad, estoy en contra de la cultura posmoderna que es fácil y que no enseña más que facilidad, parece que ya no hay reflexión ni pensamiento, entonces uno regresa a la cultura del ojo y del oído -hace mímica y se señala su ojo y su oído- lo que se llama cerebro y reflexión, búsqueda, cuestionamiento, están casi en extinción, casi no existen.

¿En Siria siempre hay hechos que le hacen levantar la voz?

Siempre está la injusticia y si hay una diferencia entre una y otra sociedad es una diferencia de grado, no de naturaleza, siempre hay que combatir la injusticia porque siempre está ahí y sobre todos los planos. Siempre hay una revolución. Viviendo una revolución siempre crea una nueva perspectiva de una nueva revolución.

¿Ha terminado la persecución contra usted?

No, y hay que tener conciencia de ello. Por eso siempre en el seno de la revolución permanente se necesitan pequeñas revoluciones en el ser humano, porque no podemos cambiar el mundo si no cambia uno mismo. Está la revolución global y en el interior siempre tiene que haber pequeñas revoluciones, en el ser humano, en casa, en el medio de los niños, siempre hay que tener un espíritu revolucionario.

¿Y con todo, cree en la humanidad?

Creo en el ser humano, pienso que es el centro y el sentido del mundo. El amor y la mujer son mis grandes temas, lo que le da al mundo el sentido de ser nuevo, que es siempre bello, que es siempre amor, es la mujer; no imagino una gran creación donde la mujer y el amor están ausentes, la mujer ligada a la belleza, la mujer ligada al amor.

Sin embargo en tiempos de guerra y violencia las mujeres son las principales víctimas

Lo son aún en tiempos de paz porque son la esencia y todo lo tienen en contra, porque son la esencia del mundo, lo importante es que ellas siempre tengan la conciencia de que son fundamentales para el mundo y que no se rebajen frente al hombre. Si la mujer no es libro, el hombre no puede ser libre.

Se le ha considerado un mediador entre el mundo occidental y el oriental. ¿Se considera un puente?

El puente es un símbolo que me gusta pero no pienso que un creador pueda ser un puente, un poeta puede ser una apertura, puede ser una explosión en el seno de una tradición, puede ser una iluminación, pero sólo una tradición, una historia y una cultura pueden ser un puente.

Hay otras mediaciones. Su poesía está construida entre la tradición clásica y el pensamiento moderno

La creación rebasa estas divisiones de clásico y moderno, cuando se ve la creación y el arte de los mayas dices “esto es modernidad”, no hay antiguo y moderno, hay una gran creación que creación siempre es moderna, no está ligada al tiempo, está ligada al movimiento de la creatividad y a su nivel, por eso veo en los antiguos creadores obras totalmente modernas, y veo también al contrario, en creadores modernos obras totalmente ancianas.

Su mirada tranquila de ahora contrasta con la fuerza de su gesto cuando hace la lectura de su poesía

No, ahorita sí tengo miedo, durante la lectura de mi poesía no; siempre le temo a las respuestas, no me gusta contestar, lo que más disfruto es preguntar.

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