Mientras que el resto de la economía sufre, en España el negocio de la prostitución vive una bonanza con centenas de miles de jóvenes mujeres extranjeras, esclavas sexuales obligadas a trabajar bajo las más atroces condiciones de explotación.
Este boom, escribe Suzanne Daley en el New York Times, está impulsado en gran parte por hordas de jóvenes europeos que se movilizan los fines de semana aprovechando la facilidad de desplazamiento en el continente a una nación que en años recientes se ha convertido en un destino sexual.
Dice que según cifras del Departamento de Estado de EUA, entre 200,000 y 400,000 mujeres trabajan en la multimillonaria e internacional industria de la prostitución. El 90 por ciento de ellas son víctimas de la trata de mujeres, dice.
Son forzadas a trabajar por salarios insignificantes en elegantes clubes, apartamentos privados, complejos industriales y carreteras aisladas en sitios remotos.
La trata de mujeres, apunta el Times, asomó en Europa durante la década del 90 con la llegada en grandes números de jóvenes mujeres de la de la antigua Unión Soviética.
Es hasta ahora, dice, que las autoridades están comenzando a crear un marco legal para abordar el problema. Incluso en España el código legal no diferenciaba la trata de mujeres de la inmigración ilegal.
Hay clientela española, señala el Times: el 39 por ciento de los hombres españoles admitieron haber visitado una prostituta al menos una vez y, que es ampliamente aceptado que una reunión de negocios termine en un burdel.
Pero, el gran auge viene de turistas más jóvenes.
En la Jonquera, población cercana a la frontera con Francia, Club Paradise con 101 habitaciones es uno de los prostíbulos más grandes de Europa.
Pero no todo son sitios VIP, explica.
Hay negocios familiares manejos desde Europa Oriental, dice. Además, desde comienzos de la década, se implantaron mafiosos nigerianos, con sofisticadas redes para transportar las mujeres a través de Africa del Norte.
También, las autoridades de Barcelona han investigado redes de la China que llegan a tener hasta 30 burdeles.
En algunos casos, dice, los proxenetas compran a sus víctimas de sus padres.
Según el Departamento de Estado de EUA, en el 2010 el gobierno español enjuició a 202 sospechosos por trata de mujeres y obtuvo 80 condenas.
Foto: El Mundo
