Alguien en New Jersey dijo “páseme la sal” y ello puede haber causado parálisis de la interestataI-84, una de las principales vías de la región, obligada a cerrar por una fuertísima tormenta de nieve.
Pero más que el volumen de nieve, la situación crítica se desprende de la falta de sal para cubrir las carreteras y evitar que se congelen, algo que pudo verse en la ciudad de Atlanta solo hace unos días.
Eso informa Ashley Feinberg en Gizmodo.
Dice que la nueva tormenta vino cargada con hasta 12 pulgadas de nieve — cerrando escuelas, oficinas del gobierno y centros de trabajo — en un momento en que muchas regiones se encontraban sin sal.
Las reservas del esencial mineral se han agotado, dijo una fuente a Gizmodo, porque gran parte de esa sal — entre 150 y 200 camiones grandes llenos — se usó para el Super Bowl, el domingo pasado.
No solo un pésimo partido, malos comerciales, un desastre la ida y vuelta por tren, sino que también nos dejó sin sal.
Sin sal no es lo mismo.
