No obstante la vergonzosa derrota electoral hace dos semanas en estados claves para el partido demócrata del presidente Barack Obama, sus asesores dan la impresión vivir en tal aislamiento de la realidad política del país que ponen en peligro la reelección del presidente en el 2012, dice Eleanor Cliff en Newsweek.

“Los demócratas obtuvieron el porcentaje más bajo del voto blanco en las elecciones congresionales desde la Segunda Guerra Mundial, perdiendo en elecciones en claves Pennsylvania, Illinois y Michigan, igual en que en todas las elecciones reñidas de Ohio,” dice. Señala que sin estos estados será casi imposible que el presidente Obama obtenga un segundo mandato.

Y los esfuerzos del equipo de Obama de evaluar la situación y hacer los ajustes necesarios son casi insignificantes, dice.

Parte del problema que enfrenta Obama, explica, es que está rodeado de un equipo en que se le “adula como a un héroe” lo cual significa que nadie se atreve a culparle por ninguno de los errores políticos que condujeron a esta debacle.

El vertiginoso ascenso político de Obama que lo llevó de la legislatura estatal de Illinois, al senado de EUA y luego a la presidencia en un periodo muy breve no lo preparó con las lecciones necesarias para sobrevivir como político en el clima actual del país, agrega.

“Le hace falta el beneficio de que le propinaran una derrota seria a nivel estatal, igual que a Clinton le sucedió en Arkansas, obligándolo a aprender a reinventarse”, dice recordando el dinamismo y la claridad política con que Bill Clinton reaccionó en 1980 al perder su reelección como gobernador estatal.

Al presidente Obama no se le conoce muy bien ni a través del país ni en su propio partido, dice. Aunque se le percibe como liberal, nadie sabe exactamente por cuáles posiciones luchará y su titubeo constante no le ayuda.

“La Casa Blanca necesita definir una estrategia y ejecutarla, sea la que sea. La esperanza no es una estrategia, y en la medida en que Obama aparente medir las consecuencias políticas de cada decisión que tome, él va reforzando la desilusión del electorado que percibe que en vez de dirigir al país se ha convertido en parte del gobierno, una admisión ímplicita de su incapacidad de efectuar el cambio en torno al cual giró su campaña”.

Artículo en inglés

Foto cortesía de scragz via flickr