NEW YORK. Especial para El Molino. A nadie sorprendió hoy la declaración de inocente del financiero y ex favorito para la presidencia de Francia, Dominique Strauss-Kahn.
Con una voz firme, dijo que es inocente de los cargos de haber asaltado sexualmente a la mucama de un lujoso hotel de esta ciudad el 14 de mayo pasado, acusaciones que le han costado su puesto en el Fondo Monetario Internacional, sus posibilidades de reemplazar a Nicolas Sarkozy en el 2012 y su libertad al obligarle a estar bajo reclusión domiciliaría con gastos superiores a los US$250,000 mensuales del bolsillo de su esposa, la periodista Francesa Anne Sinclair.
Ha sido una caída estrepitosa, un tsunami en la política y la sociedad francesas que todavía sigue sin concluir.
Dominique Strauss-Kahn enfrenta hasta 25 años de prisión por acusaciones de intento de violación, abuso sexual, manoseo forzoso, un acto sexual criminal y detención ilegal. El juicio podría tardar hasta un año en comenzar.
El abogado de la acusadora, informó la Reuters, dijo que su cliente testificará en el juicio.
Dominique Strauss-Kahn, al entrar a la corte, recibió un abucheo masivo por parte de una multitud de empleadas de hotel, uniformadas que se había congregado. Gritos de, “Vergüenza, vergüenza”, recibieron a quien no hace mucho se codeaba en los corredores del poder financiero y se preparaba para ocupar uno de los cargos políticos más importantes de Europa.
El equipo defensor de Strauss-Kahn ha dicho tener un “arma secreta” que socavará el testimonio de la acusadora.
