Para los que creemos en hadas, nos ha causado dolor y decepción el saber que el hada que conmovió la ciudad de Guadalajara, en Jalisco, México ha sido comprobada “falsa”.
Igual que tantos de nuestros amigos mexicanos, cuando la vimos, nos sentimos profundamente conmovidos, tan pequeña, mágica, perfecta en un vaso donde la habían encontrando.
Nosotros también lloramos.
Nos llenamos de ilusión y felicidad.
Ahora, según informan fue una figurita de látex, que se vende encapsulada en un huevo de plástico.
Pero el simple hecho de que haya llegado a los titulares, de que los medios se hayan preocupado por escarbar sobre el tema significa que existe mucha fe en las hadas.
Pero las de verdad.
Como dice el refrán, “No creo en hadas, pero de que las hay, las hay”.
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