¡Una sociedad con los valores patas arriba!

Esa es la única conclusión del recién publicado libro sobre el papel de la mujer mexicana en el narcotráfico del país más grande de Latinoamérica, estudio cuya tésis central es que mientras los hombres sigan matándose entre ellos, “cada vez habrá más mujeres en el narcotráfico”.

Publicado bajo el título “Las jefas del narco: el ascenso de las mujeres en el crimen organizado” y editado por Grijalbo, el periodista mexicano Arturo Santamaría Gómez ha reunido una compilación de los testimonios de mujeres que relevaron a sus maridos, hermanos y padres en el crimen organizado en la región de Sinaloa.

Son mujeres fuertes que portan armas, no ocultan la obsesión por el poder y el dinero y que están dispuestas a pagar el alto precio de sangre y muerte que exige el éxito en el mundo del delito, señala el diario digital Mitlaxcala.

“No son las chicas de James Bond ni los ángeles de Charlie, que palidecerían ante estas jefas de carne y hueso: mujeres de arranque, decisivas, que han desenfundado el coraje, la inteligencia, la sagacidad y las armas”, escribe en el prólogo el periodista Rafael Molina.

“En Sinaloa, un lugar sólo comparable con Sicilia, en Italia, con Cali o Medellín, en Colombia, hay una cultura ancestral del narcotráfico. Los testimonios recogidos en el libro son de primera mano. Todos nosotros hemos conocido a algún narcotraficante, abundan en nuestra zona, son nuestros vecinos”, revela el autor.

“Hay cosas que salen más caras que el avión con el que me muevo, mis casas, mis cuentas, lo que traigo puesto. Nada es gratis y aquí nada es fácil tampoco”, comenta una jefa — mujer con nietos y quien perdió un hijo, asesinado por sus rivales.

En octubre pasado fueron detenidas en México 46 jefas del narco. Entre las primeras 15 personas más buscadas por la DEA, hay una mujer. La Secretaría de Relaciones Exteriores, en tanto, informó que en los últimos 10 años, se detuvieron 19 mil mexicanos en EUA y entre ellos, 2,143 eran mujeres.

Agrega Santamaría, que las mujeres “adoptan los métodos y se someten a las estructuras de los cárteles dominantes”.

“Una de las conclusiones que deja el libro, aclarando que sólo se refiere a la región de Sinaloa, es que la mujer con hijos tiende a ser más cuidadosa en el uso de la violencia, es más calculadora. En cambio, las jóvenes que no tienen descendencia tienden a parecerse al hombre, se arriesgan más y son más feroces en sus métodos”.

Extractos del libro:

Corrido Las cabronas

Son muchachas muy bonitas

traen la sangre de pesados

se sabe son sinoalenses

que les gusta el contrabando

la siembran y la cosechan

y la mandan al otro lado

 

No son buenas p’al noviazgo

pero hacen buenos negocios

saben cocinar el polvo

que compran varios mañosos

traen armas de gran calibre

son hijas de poderosos

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