Enrique IVNicholas Chateauneuf y Jean-François Monier presentan en FranceTV este fascinante reportaje histórico sobre el misterio de un rey sin cabeza y una cabeza sin rey.

Pruebas de ADN confirman que la cabeza que un anticuario francés compró en un mercado de pulgas hace 110 años es la del rey de Francia Enrique IV.

El ADN que se logró extraer del cráneo fue comparado con el que se había obtenido de un pañuelo remojado en la sangre de Luis XVI, guillotinado casi 200 años después.

La prueba indica parentesco con diferencias de 7 generaciones, entre Enrique (1553-1610 ) y Luis XVI (1754-1793), indica el reportaje.

La trayectoria de la cabeza es tan interesante que su confirmación, dice FranceTV.

Enrique IV, igual que todos los reyes de Francia, descansaba desde su muerte en la cripta de la Basilica de St Denis, en las afueras de París.

Fue allí que en 1793, la tumba fue abierta por la turba de revolucionarios que abrieron los sarcófagos reales donde, después de examinarles, fueron enterrados en una fosa común.

El cadáver de Enrique IV apareció en magnífico estado ya que había sido embalsamado y su cabeza le fue retirada justo antes de lanzarle en la fosa común, dice FranceTV.

En 1919 se vendió por tres francos en un mercado de pulgas. El dueño del macabro objeto intentó durante años probar que era la cabeza de Enrique IV, pero su falta de credenciales académicas le restó credibilidad y murió mofado por sus colegas.

Luego pasó décadas en una caja de madera, envuelta en tela.

Confirmados los orígenes de la cabeza, expertos en reconstrucción cranial han preparado una cabeza del primer rey borbón de Francia. 

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Enrique IV de Francia