Regreso a EUA en medio del caos

Con ya 100,000 fallecimientos por contagio del CoronaVirus en EUA, y en las fases iniciales de la reapertura de la actividad en el país, analistas y observadores de la realidad están intentando comprender cúando, cómo, y en que falló la administración Trump.

El Washington Post, en una nota que firman Gregg Miller, Josh Dawcey y Aaron C. Davis, publicada en la sección National Security bajo el título, One final viral infusion: Trump’s move to block travel from Europe triggered chaos and a surge of passengers from the outbreak’s center, sostiene que una de las medidas más impactantes fue el anuncio el 11 de marzo desde la oficina Oval que suspendería la entrada de vuelos de Europa. Como medida profiláctica, dice el diario capitalino, su efecto totalmente contrario al deseado.

Hasta días antes, la administración había minimizado el impacto de la pandemia — comparándola con un resfriado fuerte, diciendo que no llegaría a EUA, asegurando que no pasarían de un puñado los casos.

Pero cuando no pudieron ignorar más la alarma, intentaron apagar la candela con gasolina.

[…] una política destinada a bloquear la entrada del patógeno en EUA entregó una infusión viral final. A medida que los viajeros expuestos se desplegaron en ciudades y suburbios de EUA se convirtieron en parte del flujo desde Europa que no se controló durante semanas y ayudó a sellar el destino del Coronavirus del país.

Aceleró el contagio drásticamente debido a que los aeropuertos no estaban capacitados ni para recibar el aumento en vuelos, ni mucho menos para examinar a los viajeros y determinar quiénes deberían ser aislados. Conforme llegaron los vuelos, salían los pasajeros, algunos con síntomas otros sin ellos, para sumarse a las colas de aduanas e inmigración, donde pasaría eternas horas en contacto estrecho los unos con los otros.

El grueso del virus, sostiene el Wapo, vino de Europa a EUA y no desde Asia. Lo trajeron los miles de viajeros que frenéticamente apresuraron su regreso, bajo temor de que les fueran a cerrar las puertas. Solo en febrero, entraron a EUA 1.8 millones de personas desde Europa.

El anuncio del 11 de marzo fue un enorme error, ya que nadie en la administración comprendía lo que implica suspender casi de inmediato el corredor aéreo más grande en el mundo.

Los vuelos a través del Atlántico surgieron. Según los datos de Aduanas y Protección Fronteriza, la cantidad de pasajeros que llegaron de países afectados por las restricciones aumentó un 46 por ciento en un solo día, en comparación con los 31,000 del día en que Trump entregó su dirección a 45,399 el siguiente. El tráfico del viernes fue aún mayor, superando los 46,000.

En este cuadro que encontramos en Twitter se puede apreciar el crecimiento de las muertes causadas por la pandemia. 

 

El artículo en el Washington Post pinta un alarmante cuadro de un equipo completamente preocupado por política, por la reelección, y no por la salud de la población que gobiernan. La falta de visión se multiplica por su ineptitud primero, y luego por su dogmatismo, para producir un resultado devastador hasta el momento y que promete ser peor: 100,000 muertes, 1.6 millones de contagiados, una economía que hecha trizas. Y un futuro que solo promete mayor inseguridad. 

Artículo completo en Washington Post