MORDISCOJugador que muerde no juega.

Esta es la lección que la Asociación de Fútbol Inglesa quiere que aprenda el uruguayo Luis Suárez, delantero del Liverpool, quien por poco le come un brazo al defensor del Chelsea Branislav Ivanovic durante un partido el fin de semana, informa Dan Loumena en Los Angeles Times.

La penalización habitual por conducta violenta en el campo de fútbol es una suspensión de tres partidos, pero una comisión independiente de la Asociación de Fútbol de Inglaterra determinó que Suárez merecía un castigo más severo por su comportamiento.

Esta no es la primera vez Suárez ha portado mal en el campo.

Había sido suspendido por ocho partidos en el 2011 por “abusar racialmente” a un jugador del Manchester United.

Suárez tiene derecho a una apelación.

Así, por más que ladre el señor Suárez, esta temporada es bastante seguro que vuelva a morder.

Artículo en inglés

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