Parece que Ozzie Guillén no sabía que en ciertas partes de EUA la libertad de expresión existe únicamente en un documento llamado la Constitución.
O que para estos sectores un arma útil que se emplea únicamente para denunciar a los gobiernos opositores.
No algo que garantiza a todo residente de este país a decir lo que le plazca.
Sin temor ni represalias.
Hace días el venezolano, en una entrevista con la revista Time, pronunció las fatídicas palabras “I love Fidel Castro”.
Desde entonces ha tenido que recular constantemente.
Presionado a disculparse públicamente, convocó a una conferencia de prensa que no alcanzó a realizarse: ya los dueños de los Marlins le habían suspendido por cinco juegos.
“Los Marlins reconocen la seriedad de los comentarios que le fueron atribuidos a Guillén. El dolor y sufrimiento causado por Fidel Castro no se puede minimizar especialmente en una comunidad llena de víctimas de la dictadura”, dice un comunicado de prensa del equipo publicado por ESPN.
El 34 por ciento de la población latina de Miami es de origen cubano, según cifras del censo.
Ozzie Guillén, parece haber olvidado que para algunos la primera enmienda de la Constitución se reduce a decir cosas en que todos coinciden: predicar a los creyentes.
