“Mi mente flota en direcciones diferentes pero me siento bien”, dijo Glenn Ford momentos después de salir de una prisión de máxima seguridad donde había pasado 30 años injustamente condenado a muerte.
Informa Crimesider de CBS News que en 1984 había sido declarado culpable por el asesinato de Isadore Roezman, un relojero y joyero a quien le había hecho trabajos de vez en cuando.
No hubo testigos que lo ubicaran en el lugar del asesinato.
Tampoco se encontró un arma.
Una mujer que inicialmente le implicó, luego se retractó, diciendo que había mentido.
Ford, quien es afroamericano, fue representado por abogados inexpertos y condenado por un jurado blanco.
Ford siempre mantuvo su inocencia.
Según CBS, la corte distrital anuló la condena y sentencia de Glenn Ford en base a nueva información.
Treinta años después de haber sufrido injusta e innecesariamente, Glenn Ford es un hombre libre.
